Peor momento de la crisis económica en nuestro país, una quinta parte de la población en edad de trabajar está en casa, en el paro, con un futuro incierto y otra buena parte de los que si trabajan no saben qué ocurrirá con ellos ¿y qué es lo que triunfa en la tele? Ni programas de coaching, ni culebrones trágicos, ni siquiera series alegres y blanditas que nos inspiren el corazón, no, lo que tiene a todo el mundo revolucionado son ¡¡¡los programas de ricos!!!
Mujeres Ricas, ¿Quién vive ahí? y ahora Callejeros Viajeros de Lujo son algunos de los ejemplos de que al común de los mortales lo que le gusta es ver como los demás dilapidan el dinero de la forma más ridícula o como son esas casas que nos gustaría tener pero que nunca tendremos, porque ni siquiera jugamos a la primitiva. ¿Qué tienen estos programas que resultan tan adictivos?
Puedo entender que triunfe Mujeres Ricas, en este caso demuestran tal grado de absurdez en sus vidas que puede consolarnos el pensar que somos pobres pero mucho más inteligentes, que ser corriente a veces es mucho más relajado que no saber qué hacer con tu dinero o que puedes agradecer a tu jefe que no te pague tanto como para tener que instalarle a tus hijas una barra de stripper en el dormitorio.
Sin embargo, no son pocos los que afirman que mostrar este tipo de cosas en televisión como algo natural es un insulto a la sociedad, una manera de pasarnos por las narices cosas que a algunos nos gustaría tener, pero que son casi inalcanzables, en un ejercicio de pitorreo deleznable.
Otra cuestión a plantearse es qué necesidad tienen estos ricachones de salir en la tele, salvo aquellos que ponen a la venta sus casas y encuentran así una promoción fantástica de su vivienda, no se entiende que no necesitando el dinero se presten a mostrar sus riquezas, su persona, en pleno prime time, con todo lo que eso conlleva después.
No son programas que yo siga con asiduidad, nunca me acuerdo de qué día o a qué hora los ponen, pero sí me quedo enganchada a ellos cuando me los encuentro, eso si, necesito alguien al lado para comentarlos porque no tienen desperdicio. Mis razones para verlos, quizá la irrealidad a veces cómica de algunas cosas que se ven y al mismo tiempo el disfrute de ver mansiones o viajes fabulosos. ¿Y la tuya?
uff, ¿soy la única a la que le dan rabia estos programas? es la envidia, la verdad, pero es que no me gusta ver a los pijos ricos fardando de casa para venderla o para ponernos los dientes largos. Vamos, que aguanto 10 minutos y luego de la mala leche lo quito 😛