La noticia-denuncia televisiva de esta mañana me llega por correo y veo que también Enrique se hace eco de ella, comentando la impresentable manera de emitir películas que Antena 3 tiene los fines de semana en la sobremesa.
Y es que, según parece, la cadena estaría emitiendo películas de metraje standard (alrededor de los 90 minutos) en espacios de la parrilla de una hora o menos, a los que además hay que descontar el tiempo de los cortes publicitarios. Para entender a la perfección hasta que punto se mete la tijera, lo mejor es echar un vistazo a este post, donde se nos muestra con capturas de pantalla cómo se hace la emisión.
Se compara esa práctica con lo que hace unos días vimos en Telecinco, cuando una actuación musical en directo era interrumpida para dar paso a una llamada-concurso, dejando a la cntante con la palabra en la boca, sin ningún tipo de disculpa o explicación. En mi opinión se trata de algo completamente diferente, porque no es lo mismo una obra grabada que una emisión en directo y porque no es lo mismo hacer algo amparado por un contrato que con malaeducación. Lo hace La Sexta con los partidos de fútbol y tampoco nos echamos las manos a la cabeza (aunque reconozco que hubo un tiempo en el que yo misma protesté por la barbaridad que me parecía hacer algo así con los partidos que yo producía).
Por supuesto, se trata de las clásicas películas de sobremesa o relleno de Antena 3, películas que nunca se han estrenado en lo cines y que difícilmente los espectadores seguirán con pasión, es más, esta práctica no es exclusiva de Antena 3 y seguramente esté contemplada en la cesión de derechos que los autores hacen a las televisiones cuando venden sus productos.
Podemos poner el grito en el cielo porque se nos esté ofreciendo una obra «artística» de una manera diferente a como el autor la concibió, recortada para encajar en las complicadas parrillas televisivas y sin atender a los más elementales criterios de respeto por el trabajo ajeno, pero creo que el pecado de Antena 3 no es ese, sino el de no avisar de que la película que ofrecen está recortada. Es más, me atrevo a afirmar que las películas ya se compran recortadas, ya se doblan así, no es Antena 3 quién las adapta (aunque podría equivocarme).
Entrando en cuestiones más artísticas, creo también que estas películas podrían directamente grabarse para encajar en espacios de 60 minutos, pues desde su gestación están creadas para la televisión, sin aspiración alguna a estrenarse en la gran pantalla. Obviamente, que alguien en una televisión corte y recorte por donde quiere para ajustar la duración a los minutos basurilla que sobran antes del informativo es lamentable, pero nada que no esté contemplado en los derechos que adquieren estas mismas televisiones.
Cuando vamos en avión también nos recortan las películas y a nadie parece molestarle, es más, en estos casos se trata de grandes éxitos que todo el mundo conoce y que se recortan con absurdas excusas que asumen que el viajero puede estresarse en exceso viendo determinadas escenas violentas o subidas de tono. Si una compañía aérea puede hacerlo ¿por qué no lo va a hacer una cadena de televisión?
A mí personalmente me parece una práctica legítima y creo que el único error puede ser el de no avisar al espectador de que la película está recortada, pero igual lo que me pasa es que doy gracias porque la tortura de ver una tv movie basada en hechos reales quede reducida a la mínima expresión por el bien de mi salud mental.
Me acabo de enterar que en los aviones también las recortan. Suelo viajar de un empanada… xD
Lo de hacerlo para TV me parece mal. Deberían buscar contenidos que encajen la parrilla y no al revés. Si las películas de sobremesa ya tienen argumentos simples y poco coherentes, como para recortarlos.