Una de las polémicas televisivas que están hoy en boca de todos los medios es la entrevista que Telecinco ha hecho al asesino de Sandra Palo, por la que además parece haberle pagado 1,500 euros.
Se discute la ética periodística en torno a esta tipo de entrevistas, máxime cuando existe un pago detrás, y la idoneidad de entrevistar a determinados individuos que han cometido un delito y la manera en que debe hacerse.
Hay quienes denuncian que este tipo de entrevistas sencillamente no deberían ocurrir. Quizá no deben prohibirse porque sería un atentado a la libertad de expresión, pero si que las cadenas se autoregularan para no llevar a determinados delincuentes ante las cámaras de televisión, en lo que podría parecer una equidistancia entre víctimas y delincuentes que parece poco adecuada. Frente a esta opinión, está la de quienes apoyan que todo el mundo tiene derecho a ser entrevistado o al menos que cualquiera, por muy villano que sea, tiene algo de interés periodístico y social. Incluso quienes piensan que el personaje es tanto más interesante cuanto más cruel es su delito.
Efectivamente, este último argumento puede parecer lógico y deberíamos plantearnos si la ética no radica entonces en la forma de entrevistar a determinados personajes, que son interesantes por haber cometido un delito y que no deberían ser entrevistados con la objetividad que se le pide a un periodista cuando hace su trabajo pero ¿atenta esto contra los principios básicos del periodismo? Personalmente creo que no, que hoy en día existe un periodismo más opinativo que informativo y especialmente en televisión, donde los presentadores de los programas más simples entrevistan a los protagonistas de concursos y noticias del corazón en función de su opinión personal y no desde la equidistancia. Si lo hacen con estos personajes «de pacotilla» ¿no deberíamos exigirles algo parecido con los villanos reales: asesinos, ladrones, defraudadores?
Evidentemente es mucho más fácil posicionarse contra un Gerardo de Gran Hermano, que todo el mundo te aplauda y seguir generando audiencia a la cadena que hacer lo mismo con un asesino confeso de niñas indefensas que encima tiene la desfachatez de utilizar los medios para pedir perdón cuando no ha dejado de cometer delitos desde que salió de la cárcel pero, si no queremos que parezca que se ampara al delincuente, se le da dinero y no se tiene en cuenta el dolor de sus víctimas, quizá los medios deberían plantearse algún cambio.
ACTUALIZACION: Telecinco niega haber desembolsado dinero alguno por la entrevista.
Yo no creo que se discuta la ética periodística de entrevistar a un delincuente de cualquier tipo, puesto que es un material que informativamente puede tener mucho valor. Lo que se discute es la ética de pagar a esa persona por ofrecer esas declaraciones. Pero también nos parecería reprobable que se pagase a un político, un policía, un representante social… por un documento de las mismas características.
El problema está, a mi modo de ver, en que el amarillismo se ha mezclado hasta tal punto con el periodismo «serio» que muchas veces ya nos cuesta ver las diferencias…