El pasado domingo en la retransmisión de Fórmula 1, el piloto Jensson Button dijo una palabrota, para ser más exactos digo Fuck! No he leido ninguna noticia que hable de los británicos montando en cólera porque la BBC lo retransmitiera, ni han salido las masas a la calle a pedir la dimisión de alguno de los directivos de la cadena por semejante ofensa. Sin embargo, la BBC ha emitido una disculpa pública, excusándose en la dificultad de controlar cualquier cosa que ocurra en una emisión en directo.
Yo entiendo que se cuide el lenguaje televisivo, a cualquier hora, por mucho que la forma de hablar en la calle sea cada vez peor y está plagada de palabros y palabrotas pero, de ahí a llegar a extremos como este, me parece algo excesivo. Y que no me digan que es por el hecho de ser un canal público porque no entiendo la diferencia a la hora de captar imágenes en directo, con lo que pueda pasar.
Al hilo de esta pretendida correción política, se habla a veces de la necesidad de eliminar de televisión algunas cuestiones lamentables como por ejemplo el maltrato, hechos terribles y delictivos que desearíamos eliminar de nuestra sociedad pero que, lamentablemente siguen ahí y no por dejar de salir en la ficción van a desaparecer de nuestras calles. Es más, creo que es fundamental que, mientras existan, se muestren, pues no podemos dar la espalda a este tipo de cuestiones y crear un mundo feliz pero completamente irreal con la pretensión de que, no viéndolo, no pasará. Eso es tan infantil como los niños pequeños que creen que cerrando los ojos ya no los vemos porque ellos no nos ven.
La televisión es, y será siempre, un reflejo de la sociedad en que vivimos y eso es bueno. Gracias a la televisión conocemos cosas que no vivimos, como ocurre con los libros, las revistas o el cine. Algunas de estas cosas son maravillosas y otras una mierda, pero ni las primeras se nos van a pegar por verlas repetidamente, ni las segundas dejarán de existir por no emitirlas e intentar hacerlo es, en mi opinión, engañarse.
Creo de todos modos que este es un debate muy interesante y me encantaría leer vuestras opiniones.
Para mi el tema esta muy claro: la emisión en directo no debe estar controlada, le quitaría precisamente lo que hace el directo: que es imprevisible. Si después alguien comente una «delito» en directo que lo multen, encarcelen, etc…
¿decir un taco es delito? no ¿verdad? pues entonces no entiendo la disculpa. En todo caso la disculpa debería venir por parte de Button en este caso, no de la BBC
Es como si yo ahora escribo «coño» y tu te tienes que disculpar (¡anda, ya lo he escrito!)
Un saludo