Sorprendente el efecto publicitario que puede tener en la sociedad y los medios el anuncio de que una empresa no gastará dinero en hacer su clásico anuncio navideño. Un año en el que son muchas las marcas que han recurrido al anuncio vintage, recuperando fórmulas e imágenes de hace más de veinte años para llamar la atención de quienes eran pequeños entonces y ahora están en plena posesión del monedero. De paso, ahorran costes con la recuperación de imágenes de su propio archivo y sorprenden con una imagen casi olvidada.
Sin tener que recurrir a anuncios tan antiguos, aunque posiblemente hubiera sido aún más llamativo, Freixenet anunciaba que este año no rodaría uno de sus clásicos anuncios con famosos y que simplemente repetirán el que el año pasado nos mostraba a las representantes del equipo español de natación sincronizada. Una medida anti-crisis, necesaria o simple gesto de austeridad, que ha generado en España tanto tirón mediático como si hubieran rodado un spot con Cristiano Ronaldo y Messi vestidos de burbujas.
La capacidad de esta marca de cava para generar varios eventos publicitarios cada navidad es sorprendente: primero el anuncio de quienes rodarán el nuevo spot, luego el anuncio de su primera emisión en televisión, últimamente incluso su preestreno online y, por último, la presión publicitaria durante el mes prenavideño. Y es, si no me equivoco, la única marca que ha logrado algo así, un tesoro para Freinexet que este año, pese a no tener anuncio nuevo, parece lograr la misma repercusión, pese a que la agencia que normalmente les hacía los anuncios piense que no es una buena noticia.