Se me olvidaba comentar una de las cosas más importantes de la pasada semana, la aprobación de la nueva ley audiovisual, que puede suponer algunos importantes cambios en los contenidos televisivos que estamos acostumbrados a ver. Y digo puede porque ya sabemos que este tipo de leyes están llenas de buenas intenciones que, a menudo, tropiezan con la realidad del día a día y de los intereses empresariales y muchas veces quedan tan sólo en intenciones.
Por ejemplo, hablar de la prohibición de contenidos susceptibles de ser perjudiciales para los menores no sirve para mucho ¿quién decide qué es perjudicial? ¿Karmele hablando de como usar las bolas chinas o las crudas imágenes de algunos informativos después de algún hecho sangriento? Ya teníamos el horario de protección infantil y estas cosas siguen pasando.
Tengo mucha curiosidad por ver quién conforma el Conseo Audiovisual y cuales serán sus primeras acciones y, sobre todo, como afectarán al libre mercado y a decisiones empresariales que pueden considerarse imprescindibles para mantener la capacidad de competir en igualdad de condiciones. Complicado desde luego formar parte de él y más aún trabajar con completa autonomía.
Cosas como la calificación de programas y la prohibición de hacer publicidad encubierta en programas infantiles son de esas cuestiones que habría jurado que ya eran obligatorias, pero no está de más que las recuerden cada vez que adaptan la ley, para que a nadie se le olviden. Como el calendario de eventos deportivos de interés general, algo frente a lo que tengo opiniones encontradas, pues considero que las competiciones deportivas hace tiempo que dejaron de ser algo público para convertirse en mercados donde muchas empresas se juegan el dinero y donde es peligroso meter mano desde el gobierno o se puede romper el mercado, más que fichando a futbolistas por una pasta gansa. Pero, por otra parte, me encuentro a veces con decisiones de estas mismas empresas que parecen secuestrarme la competición, o al menos complicarme la vida para verla, algo que me hace plantearme seriamente la necesidad de una regulación. Verdaderamente, no sé qué opinar sobre este asunto.
Por último, la limitación de juegos de azar y apuestas a la franja horaria comprendida entre la 1:00 y las 5:00 de la mañana, me parece bien y creo que puede ayudar a eliminar mucha basura existente en algunas frecuencias televisivas dedicadas exclusivamente a este tipo de programas, frecuencias cuyas concesiones hace tiempo que deberían haberse retirado en base a muchas otras irregularidades y que, por tanto, no sé cómo atacarán ahora que no hayan podido hacer antes. En cualquier caso ¿en qué se diferencia uno de estos programas típicos de madrugada de un juego de azar presente en algún otro programa de la mañana o la tarde? Dónde radique esta diferencia que permite unos y prohibe otros, puede haber un resquicio por el que se escapen muchas horas de programación.
Nueva ley pero sin grandes cambios, yo no espero mucho de ella pero todo se verá, seguro que no es la última vez que hablamos del tema.
Lo de los juegos de azar es muy bienintencionado pero… ¿Queda prohibido el sorteo de la ONCE? ¿Y el sorteo de la lotería de navidad? En fin… para mucha gente es más de interés general eso que la Champions.
Sin hablar del puritanismo que supone que se puedan emitir concursos que claramente estafan al espectador (de 1h a 5h) pero no pornografía, que al fin y al cabo no hace daño más que a la moral de cada uno. Un poco absurdo… ¿no?