Tan pronto termina la liga de fútbol, en todos los medios de comunicación empieza a haber rumores sobre posibles fichajes, bajas y traspasos. Las más importantes estrellas del balón ocupan portadas y horas de debate, como corresponde a un sector que mueve masas como es el fútbol.

En comparación, la televisión y sus movimientos, rara vez ocupan cotilleos y portadas, algo extraño si tenemos en cuenta que la atención de los ciudadanos está mucho más puesta en algunos programas de mucha audiencia, dia a dia, que en la competición futbolística domingo a domingo.

Pero todo esto puede cambiar en los próximos días con los rumores de que María Teresa Campos podría fichar por «el eterno rival», Ana Rosa y su productora Cuarzo. Tras volver a Telecinco, después de aquellos famosos insultos y cortes de mangas que hacían pensar que nunca volvería a poner pie en Fuencarral, la Campos no ha logrado hacer de La mirada crítica un programa de referencia o mediano éxito, por lo que la cadena ya ha anunciado que no regresará en septiembre.

A María Teresa Campos le quedan dos años de contrato en Telecinco y, tal como están las cosas financieras, no parece que haya otra cadena dispuesta a ficharla, máxime cuando ya no es garantía de éxito.

Tras un par de entrevistas entre las dos «reinas de la mañana», parece que haya surgido entre ellas un pequeño idilio profesional, una vuelta a las relaciones amistosas que podría hacer, según insinuaba Ana Rosa y apunta la rumorología, que la Campos fichara como colaboradora de El programa de AR. Para la cadena sería un acierto, a priori, pues no parece que fuera a restar audiencia al programa y, sin duda, al enemigo mejor tenerlo en casa. Para Ana Rosa, si no es algo impuesto, supondría también un éxito, pues a nadie le amarga convertirse en el jefe de su máximo rival.

Pero ¿y para María Teresa? ¿es una humillación? Que su programa haya sido un fracaso y ahora se vea en la tesitura de fichar por alguien a quien seguro considera de menor categoría que ella suena a mal trago pero ¿es peor esto que encontrarse fuera de circulación?

Existen muchas formas de madurar esta idea y algunas de ellas pasan por delimitar las responsabilidades de una y otra claramente, de manera que apenas tengan que competir por la cámara pero ¿funcionaría eso o sería lo mismo que había hasta ahora y no haría más que lastrar la audiencia total del programa? La otra opción, la de compartir sofá, mesa y cámara, es mucho más complicada de gestionar y, en mi opinión, difícilmente aceptable por parte de cualquiera de las dos, una opción que estoy segura acabaría en desastre, aunque daría para hablar del tema mucho, mucho.

Ahora que los grandes fichajes del fútbol parecen estar ya en casa, sólo nos queda estar pendientes de estos dos monstruos televisivos que amenizarán nuestras mañanas a partir del mes de septiembre ¿lo harán juntas, separadas, sólo una de ellas y la otra chupará banquillo?