Mucho se está hablando estos días sobre las fusiones entre canales de televisión para poder salvar unos muebles en claro peligro por culpa de la fragmentación de audiencias y la crisis publicitaria. Aun no está claro quienes serán las grandes cadenas a fusionar, ni por qué todas las reuniones y comentarios en torno a estos movimientos solo tienen en consideración a las seis cadenas que actualmente emiten en analógico, sin tpensar en aquellas otras que llevan años ya aguantando el fuerte tirón de una inversión necesaria para arrancar que no encuentra apoyo en grandes audiencias o ingresos publicitarios.
Sea como sea, creo que existe un error de concepto claro en toda esta historia y es el alcance a nivel de usuario que tendrá cualquier posible combinación entre canales. Igual estoy profundamente equivocada, pero entiendo que al hablar de una fusión entre dos (o más) canales, de lo que se habla es de compartir gastos, personal, ingresos por supuesto, de sumar audiencias como grupo y generar una fortaleza mayor, debida sobre todo a la capacidad de llegar al gran público desde dos vertientes diferentes del entretenimiento y nunca haciendo desaparecer una de ellas, como parecen entender algunos cuando escuchan la palabra fusión.
Que alguien me saque de mi error si estoy realmente cayendo en uno, pero si Antena 3 y La Sexta se fusionan, por ejemplo, no va a desaparecer La Sexta, ni por supuesto Antena 3, y por tanto no quedará un espacio libre en el dial, ni desaparecerá toda esa audiencia para movilizarse a otros canales, ni la publicidad. Por eso, cuando se hacen cábalas sobre las posibles parejas, se suman las audiencias de ambos. Por eso, cuando pensamos en quién pega más con quién, pensamos que Cuatro y La Sexta harían buena pareja porque su linea editorial es parecida, pero también pensamos que los polos opuestos tienen aun mayor interés, al ser capaces, con una fusión de estas características, de atrapar al público de todos los ámbitos políticos, que siempre ha sido un factor importante a la hora de elegir canal en determinadas franjas horarias, especialmente los informativos y programas de actualidad.
De producirse finalmente una unión de polos opuestos, o incluso en aquellos casos de personalidades parecidas pero no necesariamente iguales, será importante ser conscientes de que la mayor ventaja competitiva a la que se enfretan es precisamente esa dualidad en los contenidos, esa capacidad de contentar a una audiencia que se deja guiar por marcadas lineas editoriales y a la que no podemos engañar con un termino medio o una mimetización con el nuevo vecino, porque lo que busca es precisamente ese marcado acento en defender a los suyos políticamente, en hacer de los informativos un magazine que no profundiza en nada o en buscar las noticias más terroríficas y amarillas para captar a los morbosos. Estas cuestiones, que aparentemente solo aparececn en programas informativos, son la base de muchas horas de programación televisiva, en programas magazine, en formatos de humor, en late nights. Ser capaces de mantener esta personalidad diferenciada después de la fusión puede ser una de las grandes claves del éxito de un movimiento empresarial que parece inevitable aunque aun no estén definidos sus actores.
Sólo veo 2 supuestos:
1. Que 2 canales den lugar a 1.
2. Que en ambos canales se emita la publicidad sincronizadamente al estilo antena 3, neox, nova.
En el primer caso, es cierto lo que comentas, la audiencia del canal no tiene porque ser igual a la suma de las audiciencias. Y en el segundo, para sólo sincronizar la publicidad nadie llega hasta el punto de fusionarse.
Aqui hay gato encerrado.