Con este simil taurino podríamos describir la nueva oferta de Telecinco para la sobremesa, ese Sálvame de nombre tan descriptivo de lo que la cadena necesita y busca en esta especie de tímida reedición de Aquí hay tomate.
Para empezar, el programa se limita a incluir como parte del programa lo que antes era el resumen independiente de Supervivientes, un espacio repetitivo, tan lento y aburrido como el desarrollo de la propia estancia de los concursantes en la isla y donde destaca por encima de todo la ausencia de una voz en off que acompañe la narración de lo presentado, bien para hilarla, para darle un toque de humor de vez en cuando o simplemente para hacerla más televisiva. Tal como está presentada, con esos silencios, es perfecto para la siesta (garantía de que los agraciados con un bonito medidor de audiencia se quedan fritos en el sofá y no cambian de canal).
Pero el programita de marras tiene una segunda parte, la de los pitos, los gritos, la imposibilidad para entender de qué se esta hablando y la vuelta a los tiempos del corrillo de voceros que ni aportan nada, ni entretienen al espectador y se limitan a tontas rencillas personales, algunas más artificiales que las siliconas de sus protagonistas.
Y para aderezar todo esto, alguna pieza al estilo tomate con la voz en off de Miquel Serra y el mismo tipo de guiones fanfarrones, los clásicos cebos para mantener al espectador pendiente hasta el final del programa y la misma tipografía y efectos blanco sobre negro que ya nos cansamos de ver año tras año en Aquí hay tomate.
A la vista de estos detalles, todo llevaría a pensar que el programa no tiene mayor interés y que la audiencia, cansada ya de estas cosas, le daría la espalda. Sin embargo, en su estreno Sálvame ha logrado mejorar los datos de la franja sustancialmente y en unas horas sabremos qué ha pasado en su segunda entrega. De confirmarse la tendencia alcista, quedarían patentes varias cosas: no es que la audiencia se volviera más inteligente de repente y rechazara los programas de escaso nivel, es simplemente que les gustaba Aquí hay tomate y no las cosas que emitieron después; que les gustaba el tomate porque, dentro de su categoría de programa poco edificante, estaba bien hecho, tenía ritmo y sabía como mantener al espectador enganchado y tercero, que quién decidió matarlo metió la pata pero bien y provocó un efecto dominó que ha costado mucho dinero a la cadena. No seré yo quién pida la vuelta del programa ni pida explicaciones a directivo alguno pero claro, yo no soy accionista, solo una pobrecita habladora.
En cualquier caso, todo esto puede ser sólo la curiosidad del estreno y estrellarse el programa estrepitosamente en los próximos días, echando por tierra todas las esperanzas puestas en Jorge Javier y su troop, eso si demostraría que definitivamente, el público ha cambiado de gustos. No tardaremos en saberlo.
Lo acojonante es que a subido de audiencia, a este paso son capaces de volver a traer a emma , a tu lado!!! que verguenza