Muy interesante reflexión la que se planteó hace unos días en una mesa redonda con productores de reality shows norteamericanos. La creciente implantación de aparatos como el Tivo y similares está conduciendo a los espectadores a una nueva forma de consumir productos televisivos, el ‘time shifting’, que les permite, no solo ver los programas que desean a la hora que ellos quieren, sino saltarse los cortes publicitarios, con la grave implicación que esto tiene para anunciantes y cadenas.
Por ello, hace ya tiempo que las televisiones incorporan publicidad y autopromoción sobreimpresionadas en los programas y se crean cortes publicitarios de un solo anuncio o patrocinios exclusivos que permitan al anunciante dejar su impronta en el espectador en apenas unos segundos de interrupción. Dado que esta es la tendencia en los últimos tiempos, parece lógico pensar que esta manera de vender publicidad se extienda hasta el punto de sustituir a la publicidad tradicional pero ¿funcionaría igual este tipo de anuncios en una serie de televisión a como lo hace en los reality shows? A simple vista parece que estos últimos son más susceptibles de ser interrumpidos con sobreimpresiones y promociones de los propios protagonistas que una serie o película, donde la interrupción se convierte en mancha. Sin embargo, incluso en España ya empezamos a verlo, sobre todo en Cuatro y Antena 3, donde no tienen reparo en minimizar el cuadro de la pantalla donde transcurre la acción para incluir una autopromoción de sus programas.
De confirmarse que esta es la tendencia publicitaria para la nueva televisión, también los procesos de venta podrían estar en proceso de cambio, pasando de ser tarea de los comerciales de las cadenas, que venden espacio a cambio de miles de espectadores sin importarles el contenido que va en cada franja, a ser tarea de las propias productoras de los programas o de alguien implicado directamente con el contenido, que sepa exactamente donde tienen cabida los espacios publicitarios y qué marcas tiene sentido promocionar.
Desde TVSquad se preguntan ¿siguen teniendo sentido los cortes publicitarios?
Entiendo que a quien se gasta una pasta (además, nada desdeñable en cuantía) en inversión publicitaria en TV, lo que le preocupa, fundamentalmente, es su eficacia. Lógico. Pero creo que, a través de estos mecanismos «novedosos», podemos llegar a fórmulas particularmente aberrantes. El pasado lunes, sin ir más lejos, en Cuatro, durante la emisión de la serie «Hay alguien ahí», se difundió una secuencia básica para el desarrollo ulterior de la trama, en medio de un corte publicitario (y así se había venido anunciando durante los dos cortes anteriores); si digo que el «fenómeno» me dejó de piedra, igual me quedo hasta corto. Pero sospecho que eso es lo que se nos viene encima en un futuro inmediato. En fin…
Saludos cordiales.