Esta semana he podido ver algunos de los estrenos más anunciados de las cadenas en abierto y la verdad, menos mal que es verano y se da por sentado que la televisión debe ser una flojera para que vean los críos que están despiertos hasta tarde y los adultos que no tienen ganas de pensar ni de comprometerse con series eternas porque si esto fuera así todo el año no sé como iba a acabar este blog.

La cosa empezó el miércoles con Si yo fuera tú, el intento de Antena 3 de hacerHormigas Blancas pero con el aval del protagonista, al que invitan a repasar su vida desde plató, junto con el público en directo y que resultó ser aun más polémico que el programa de Telecinco, al encontrar en los entrevistadores anónimos máyor saña que en los tomboleros de turno. Llegados a este punto, la ridiculez de que el presentador diera vueltas en torno a la invitada, volviéndola loca a la hora de responder, fue una anécdota más que puede volverse muy divertida cuando el protagonista no sea alguien con tantas tablas como Bárbara Rey.

Y ayer tuvimos otras dos novedades, estas de mayor caché intelectual…a priori. Una de ellas, Sabes más que un niño de primaria, ya se había estrenado la pasada semana: un enfrentamiento entre niños muy listos y adultos muy torpes que realmente pierde toda la gracia cuando uno es consciente de que en el casting se ha elegido a los más tontos de la clase, en lo que a adultos se refiere. Lo bueno de este programa es elegir a adultos realmente competentes, enfrentándolos a niños cualíficados que se piquen con ellos y que verdaderamente, al tener más fresca la materia y ser realmente inteligentes, puedan competir con los mayores, en una rivalidad auténticay competitiva.Tal y como está planteado el concurso estremendamente previsible y no tiene mayor gracia.

Y luego está Nadie es perfecto, este reality donde vemos a un grupo de guapos (solo algunos) con pocas luces enfrentados a listos menos agraciados físicamente y que no consiste en otra cosa que rdiculizar a los unos y a los otros por las cosas que no saben hacer, cuando en realidad quién ayer hizo más el ridículo de todos fue la entrenadora de uno de los equipos, una Ivonne Armand que tuvo la osadía de entrenar a los listos en un circuíto deportivo con los tacones de aguja más altos de los últimos tiempos, con los que incluso se atrevió a dar clases de como hacer el pino. Cuando el programa llegó a las peleas de espuma entre mujeres apagué y me fui a dormir. Por cierto, en una demostración más de que el verano es la ley del mínimo esfuerzo y el mínimo gasto, el plató es el mismo que el de Supervivientes pero sin apenas cambios, lo que unido a que el presentador es el mismo y los concursantes están sentados igual que familiares y expulsados de aquel da una sensación de desinterés francamente lamentable.