La de tiempo que llevaba Cuatro anunciando 21 días y de algún modo no lograron que yo entendiera que el programa iba tan tarde. Así, me conecté a la cadena a la hora del prime time para encontrarme con otro episodio más de Ajuste de Cuentas y una entrega posterior de Callejeros. Sin entender muy bien qué había pasado y sin planterame que el tan publicitado programa se fuera a emitir más tarde de las once de la noche, me pasé a un estupendo a la vez que escatológico reportaje de cerdos belloteros en TVE. Cuando terminó me puse a hacer zapping de nuevo para encontrarme con Sandra Samantha y su supervivencia en las calles, lamentablemente ya estaba en el día 17 de su aventura y me había perdido lo mejor.
Me entero leyendo a Ruth de que el reportaje entero está colgado en YouTube, por lo que buscaré un rato esta tarde para echarle un vistazo completo, puesto que lo poco que pude ver anoche me gustó y mucho, una nueva forma de hacer periodismo/reality que llega al espectador de forma muy natural, aunque en ocasiones pueda resultar algo forzado (si, ya sé que esto es una contradicción pero es que así es).
Antes de ver 21 días no sabía muy bien si el reportaje se haría con cámara oculta y pretendiendo que la reportera sea efectivamente una más de los protagonistas, o si llevarían un cámara con ella, informando abiertamente a todo el mundo a su alrededor de que se encontraban grabando un programa de televisión. Finalmente es la segunda opción, lo que sin duda convierte en algo más artificial lo que se siente como parte integrante, en este caso de la calle, al existir un halo de protección sobre su protagonista que no existiría si fuera sola. Es lo mismo que ocurría en Pekín Express, donde el hecho de llevar cámaras con los concursantes hacía, por una parte más sencilla la consecución de casa y comida y por otra aportaba seguridad a los participantes a la hora de meterse a dormir en casa de unos desconocidos o de dormir a cielo abierto en medio de la estepa rusa.
Aun así, la reportera vive en la calle 21 días, come de la beneficencia, se ducha en albergues y duerme al fresco o en incómodos sillones de casas de acogida. Todo un esfuerzo periodístico que merece la pena ver y que desde ya parece candidato a recibir premios como mejor programas de reportajes.
Yo lo vì entero, he de decir.. qué el horario no me pareció el adecuado, ya podrían hacerlo un poquito antes!!!!!! pero me encantó, era una mezcla entre reportaje normal, y por las noches era ella sola con su cámara (no?) (Si no es así, qué alguien me corrija)
Creo que la parte «dura» qué era las noches, ella estaba sola, me impactó un montón cuándo se tiran encima de su caja y luego se puso a llorar, creo qué de verdad ella tenía pánico,y creo que transmitió al espectador una imagen de la calle, qué muchas veces no llegamos a plantearnos.
Realmente a mi me hizo pensar muchísimo!!
Lo qué no llego a comprender muy bien y eso qué el formato me encanta, es a cuántos temas se podrá enfrentar. 21 días sin comer….. (vale)
y luego?
21 días en la droga? 21 días…… en..?
Un saludo!