Si hay algo que diferencia el ocio en televisión y en internet, es la forma en que se lleva a cabo su consumo: mientras que en la televisión tradicional lo habitual es congregar a más de un miembro de la familia al mismo tiempo y muchas familias a la vez, hasta sumar cifras millonarias de audiencia, en internet se tiende a pensar que el consumo es individual, casi privado, nunca simultáneo y sobre todo muy repartido.
Sin embargo, la proliferación de televisores en el hogar ha provocado que el consumo de series y programas se vaya individualizando y que los jóvenes puedan estar viendo Física o Química en su habitación, mientras sus padres ven CSI en el salón y los abuelos Mira quién baila desde la cama. Si nos metemos en el análisis del uso de PVRs, la cosa no hace sino incrementar la tendencia del consumo televisivo a parecerse al consumo de entretenimiento en la red.
Pero, el último CES ha traido consigo la prueba de que las televisiones deben adaptarse al nuevo reto de Internet y para ello los fabricantes de receptores se esmeran por ofrecer productos capaces de integrar ambas formas de ocio en un solo monitor. Con esta evolución, nos encontramos con que ahora los productos audiovisuales de la red pueden ser consumidos en familia y en un televisor grande y congregar así a todos los miembros de la familia, a un grupo de amigos o simplemente al habitual de la red solo que mucho más cómodo en su salón.
Las formas de consumir internet y televisión empiezan así a tener bordes difusos y no tardaremos mucho en comprobar que una televisión completamente a la carta, emitida desde la red, es perfectamente capaz de competir con los monstruos tradicionales del sector y además rentable, en detrimento por supuesto de los pequeños creadores de contenido original que se verán eclipsados por los tradicionales actores del medio. Çe la vie.
Sólo un matiz, aunque creo que es un matiz importante, no hay razón para que «los grandes monstruos tradicionales del sector» se queden donde están y que no entren en un sector con futuro como es la utilización del la red para la difusíon de televisión. Hablando en plata, no se van a dejar comer el pastel, además de que posseen y producen los contenidos con mayor valor.