Como muchos ya sabréis, soy aficionada al programa de Antena 3 Ven a cenar conmigo. Por eso cada día veo un ratito de El Diario, a la espera de que de comienzo ese programa, que era muy de cocina y un poco de reality al principio, y que cada vez tiene más de bronca y malos concursantes que de inspiración culinaria.
El caso es que, desde que se marchó Patricia Gaztañaga, parece que el programa ha añadido algún elemento de fidelización de la audiencia a sus tradicionales testimonios, en previsión de que su nueva y dulce presentadora, Sandra Daviú, no lograra enganchar a los mismos espectadores que su predecesora.
En los diez o quince minutos que veo cada día, he identificado dos novedades que no conocía y que resultan, cuando menos, curiosas en un programa de este estilo: por una parte está la llamada a la audiencia para que envíen sus mensajes al blog del programa en apoyo, o no, de un determinado participante. Así, después de contar su historia, el invitado acude a una sala con un ordenador, donde puede leer los mensajes que el público en sus casas le va enviando y así tomar una decisión adecuada con respecto al tema que le ha llevado allí, o simplemente recibir apoyo frente a cualquiera de los dramas personales que nos presentan. La idea de «interactividad» con el público no está mal, aunque a veces los de casa se hagan un lío y no terminen de encontrar el blog oficial del programa y se dediquen a dejar los mensajes en otros sitios (comentarios 100 a 103).
Pero lo que me ha llamado la atención de este nuevo formato, si le podemos llamar así, es la parte de intriga que han añadido a las historias que cuentan, concretamente a la última historia que reciben cada día y que apenas se perfila, para dar paso a la «gran intriga de la noche» ¿Cómo acabará esta pareja? ¿Cómo se resolvera el enfrentamiento? Y un emplazamiento a verlo al día siguiente, día en que nos muestran a los protagonistas en bambalinas, generalmente discutiendo, y dando por zanjado el tema. En el programa afirman que el nuevo Diario no deja los temas en plató, sino que los sigue para ver su evolución, yendo más allá que un simple programa de testimonios. Pues eso será lo que quieren vender, pero a mí me parece que lo único que hacen es extender el enfrentamiento del plató a una parte distinta de los estudios y no aportar nada más, mucho menos intriga, a quienes han seguido la historia ¿será por que realmente a mí no me interesa nada la historia ya desde un principio?
Lo del Diario cada día huele mas…
¿como es posible que TODOS -absolutamente TODOS los días- surja «de forma natural» una bronca fuera de cámara?
La gente normal sería reacia a que la grabaran siendo barriobajera… en cambio en el Diario, todos los días ocure.
vamos.. que la tv se corta cada vez menos en fingir que lo que sucede no es real.