He de empezar esta entrada diciendo que, a diferencia de BobPop, apenas vi 10 minutos de la entrevista a Roldán en Telecinco, por lo que no tengo clara mi autoridad para hablar del tema con tan poco programa visto. En cualquier caso, creo que el hecho mismo de que el programa no me consiguiera atrapar lo suficiente como para ver más allá de 10 minutos, ya debería ser suficiente como para vertir una opinión sobre el mismo, lo que unido a las crónicas que he leido en diversos blogs, y que no difieren mucho de lo que en apenas ese rato pude ver, hace que me atreva con ello.
En general podría afirmarse que la entrevista, tertulia o programa de investigación, como quiera llamársele, se desarrolló sin sorpresas. Si algun espectador pensaba realmente que Roldán iba a tirar de la famosa manta, es que ha visto poca televisión, porque ya aburre la capacidad de las cadenas de anunciar a bombo y platillo sus grandes apuestas de la parrilla en materia de información para luego dejarnos como estábamos, sin novedad alguna y mucho ruido (lo que no deja de ser un éxito de la gran máquina de hacer espectáculo y congregar masas frente a una caja que es la televisión).
Pero lo más triste y aburrido del asunto, lo que me llevío a desconectar tan pronto del programa, no fue ver al protagonista no aportar nada interesante a la audiencia, sino ver a todos esos periodistas que estaban allí para sonsacarle sus más oscuros secretos, dar un discurso político-social cada vez que tomaban la palabra, mostrándonos su rechazo a lo ocurrido y contando lo malo que era todo lo que este señor había hecho, como si eso no estuviera ya claro y se tuvieran que erigir en defensores de la sociedad en general y la Guardia Civil en particular, algo que la justicia ya ha hecho y por eso este señor ha pasado varios años entre rejas y aun permanece cumpliendo condena (otra cosa es que no nos gusten las sentencias o su cumplimiento, pero eso es otra batalla).
En definitiva, una entrevista hecha para mayor gloria de la presentadora y sus compañeros, que olvidaron que no estaban allí para dar su opinión sobre las cosas, sino para entrevistar a un personaje que aun tiene mucho que decir. Para eso, no hacía falta desembolsar ni un duro, hubiera bastado con recopilar imágenes de archivo y haberles dejado explayarse a gusto.
AÚN tiene mucho que decir.