Este jueves TVE estrena la miniserie El caso Wanninkhof, basada en el desgraciadamente famoso asesinato de Rocío Wanninkhof. No tengo ninguna duda de que, como afirma Javier Pons en la presentación de la serie, nos encontraremos ante un producto serio y bien hecho, que además cuenta con unos actores de calidad y reconocida solvencia. Sin embargo, no puedo evitar sentir cierto rechazo ante la moda televisiva a la que nos enfrentamos en los últimos meses, consistente en reproducir en forma de mini-serie los hechos noticiables más impactantes de los informativos, que por regla general suelen ser hechos desgraciados: el crimen de Fago, el de Rocío y el anuncio de la producción del caso Mari Luz, junto con otros no luctuosos pero no menos deleznables, como el caso de corrupción policial de Coslada, son sólo algunos ejemplos de las producciones televisivas que hemos visto y veremos en las cadenas de televisión.
Por si no fuera suficiente con los impactos que habitualmente se reciben en televisión con casos como este a través de informativos, magazines y programas especiales, ahora también se pretende explotar televisivamente la tragedia varios meses después ¿con qué fin? ¿con el de denunciar los delitos ocurridos e intentar concienciar a la población para que cosas como esta no vuelvan a ocurrir o con el meramente comercial? Querría estar equivocada, pero mucho me temo que es exclusivamente con el segundo.
Recuerdo cuando genoios de la televisión como Tedy Villalba de Antena3tv pedía tvmovies como si fueran la panacea de la ficción. Aún nos queda para abordar este tipo de producciones como lo hacen los americanos. Luisa Martín repite registro de «Desaparecida», no en el personaje pero sí en la afectación que imprime a éste papel de esta nueva empresa. Fallo del director,¿no hay directores de actores? están huérfanos, sin indicaciones, inseguros. En cuanto a la oportunidad de este tipo de productos, un reflejo más de la sequía de ideas de productoras y televisiones. Más de lo mismo…chica