Tremendo cheque a fin de mes el que se lleva Bainet y larga la fecha de caducidad del contrato que les une con Telecinco para producir el programa de Arguiñano (curiosamente el único programa de la cadena que no tiene página web, solo existe la propia del cocinero), son motivos suficientemente importantes para mantener una relación comercial, pero creo que no tanto como para prorrogar el acuerdo una vez termine.
Con los últimos movimientos que ha tenido la mañana de Telecinco, que si Ana Rosa duraba un poco más, que si la poníamos hasta más tarde, que si Arguiñano a la una, que si así no funciona, el resultado ha terminado siendo una doble ración de cocinero y, últimamente, para rellenar el tiempo Don Karlos se dedica a su otra afición en la vida, la de contar chistes malos. El caso es que, si no recuerdo mal, cuando empezó el programa de Arguiñano, ya se hacían dos recetas y no se contaban chistes, por lo que no entiendo a que viene ahora esa sensación de relleno que parece tener tanta charla en la cocina. ¿Está desmotivado Karlos?
Cabe la posibilidad de que, una vez finalizado el contrato con Telecinco, Bainet decida llevarse el programa a su casa, es decir, a La Sexta, una apuesta segura para alguien como Arguiñano que no necesita el dinero, que no tiene nada que probar y que ya sólo busca hacer lo que le apetece y sentirse a gusto. Para La Sexta sería un refuerzo a sus mañana, aun por estructurar con una apuesta fuerte y para el espectador, tan acostumbrado ya a tener que buscar al cocinero por la parrilla, solo una parte más del juego «Buscando a Karly»
chapeau para el cocinero vasco, pionero en esto de comunicar con la cocina. Ya está mayor y un poco aturullado sí que está. Pero el señor tiene poder, y aunque se nos ocurra un programa de cocina mejor, como siempre son los mismos los que hacen tele, pues ajo..
Los vascos son admirables, trabajan siempre con vascos, a ser posible,en su tierra y la de los demás, si aprendiéramos de ellos los castellanos, si nos vendiéramos como ellos, otor gallo nos cantaría.