Ayer acabó la emisión de la quinta temporada de 24 en Antena 3. Trás cosechar unos pobres resultados de audiencia semana tras semana, la cadena optó por precipitar su final emitiendo los cuatro últimos episodios en un solo día y a otra cosa mariposa.
Pese a las críticas que esta maniobra ha suscitado, no puedo evitar agradecer que al menos la cadena decidiera emitir los episodios hasta el final, al contrario que en otras ocasiones donde se corta la serie que no funciona sin más y nos quedamos sin conocer el desenlace.
Lo que si parece bastante claro es que no veremos la sexta temporada, al menos no en Antena 3, que ha visto como los resultados de la emisión de esta aclamada serie bajaban temporada a temporada fruto de un extraño comportamiento de la audiencia.
Bueno, los comportamientos de la audiencia no son extraños, son comportamientos. ¿Calificarlos de extraños supone decir que debería de haber visto esa serie más gente y que los que no la han visto no saben ver televisión?
Si las reglas de la televisión se rigen por la espiral de basura creciente predominante, me parece hasta un comportamiento normal…o por lo menos coherente con el resto de audiencias (gran hermano, el programa de patricia, a tu lado, etc.)