La gente se pone muy contenta con algunos cambios que se producen en televisión, pero al poco tiempo cae en la cuenta de que ha sido engañada y que estos cambios, no solo no han sido a mejor, como se preveía, sino que aun hay trecho más abajo.
Me refiero en este caso a los últimos cambios que las televisiones nos anuncian, donde muchos se felicitan del fin de los programas con peor prensa de las parrillas cuando en realidad tan solo nos encontramos ante el cambio de un nombre, los presentadores o incluso la productora de un producto de dudosa ética, que no solo no desaparece, sino que se mantiene bajo una piel de cordero que no tarda mucho en mostrar al lobo que lleva debajo.
El primero de estos casos fue la desaparición de Salsa Rosa, que vino a transformarse en un Dolce Vita que era más de lo mismo pero con algunas caras nuevas. Luego vino El ventilador, en sustitución de TNT, un cambio de presentador para un mismo programa de griterío y gente que no tiene qué hacer. El caso más sonado ha sido sin duda el de Aquí hay tomate, cuya desaparición aplaudimos todos y que sin embargo se ha visto resucitado en Está Pasando, con aun peor estilo y mucha menos gracia y originalidad.
Por si estos ejemplos fueran pocos, en los últimos días se nos ha informado de la desaparición de El diario de Patricia, que simplemente se sutituye por Diario y Medio, presentado por Juan y Medio y suponemos que igualmente triste en su planteamiento, y la también ficticia desaparición de El buscador, que se ve desplazado de la parrilla del fin de semana por una extensión de Está Pasando, que originalmente ya había sido una versión de El Buscador con tirantes incluidos.
Son estrategias que no termino de entender, no sé si se hacen para que la prensa aplauda pero elpúblico permanezca cautivo o si son simples reorganizaciones de personal y presupuestos aprovechando que terminan los contratos… lo que desde luego no son, es un afán por mejorar la calidad de los contenidos.
Ninguno de los formatos que criticas parten de la premisa de tomárselos en serio, tienen la única vocación de entretener.Desde ese punto de vista son saludables para una cadena que busca audiencia, una rentabilidad económica.
Pero chica de la tv, creo que deberías estudiar otro tipo de fenómenos menos inócuos, esos que parten con un «espíritu de ayuda social»: AR, y otros formatos del mismo talante. Formatos que usan el dolor de los demás para conseguir audiencia, y es que el diablo viste de Prada.