Pues si, ayer viendo la gala de presentación de Operación Triunfo me dormí como un bebé, y es que estas primeras galas se me hacen muy aburridas desde la primera edición y la de ayer aun más.
Por una parte es lógico que al espectador le cueste engancharse a un programa cuyo formato conoce pero cuyos protagonistas son unos completos desconocidos, que no hacen nada llamativo, solo cantan y algunos de forma muy poco entretenida. El programa de ayer además introdujo algunos cambios que no aportaron dinamismo al concurso, como un miembro del jurado de nombre cacofónico (Cocó Comín) que no sabía improvisar y que leía sus valoraciones cual mal político, un director de la academia al que ya conocíamos como profesor (Angel Llacer) y que quiso ser bastante más protagonista de lo que le correspondía o un inmenso plató que, pese a ser fantástico, creo que aportaba más frialdad que espectacularidad a la gala.
Pero, lo bueno de un programa como este es que, pese a lo aburrido que pueda ser su arranque, ya sabemos cómo es lo que sigue y eso si consigue enganchar al público y mantenerlo semana a semana pendiente de quienes serán los nominados y quienes los expulsados, pendientes de las valoraciones de un Risto que, en su línea habitual, es abucheado desde que abre la boca y aun pretende hacerse el ofendido a sabiendas de cual es su papel: el odiado.
La carrera por la fama pasajera acaba de comenzar, tres meses de llantos, cantes, cantos y algún cantazo nos esperan.
sep… muy aburrida…
pero ya se perfilan algunos estereotipos para esta edición:
– la lesbiana
– el gay negrito zumbón extranjero
– la tia buena
– el tio bueno
– el gordo
– el llorón
ay… q aburrimiento… lo mismo de siempre.
Necesitan un Marcos !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!