¿Cuanto tardarán las empresas medidoras de audiencia o las agencias encargadas de colocar sus productos en antena en pedir la auditoría de las descargas P2P? Los que somos habituales de este tipo de programas sabemos cuando una serie tiene éxito con tan solo mirar el número de personas que intercambian un archivo en un momento determinado, especialmente en los primeros días tras su emisión.
Una prueba de cómo esto es un dato fiable: hace unos diez días, tras el estreno de The return of Jezzabel James, intenté descargar el episodio piloto y no lo encontré en mis dos proveedores habituales de series, por lo que me abstuve de seguir buscando. Hoy tenemos la confirmación de que, en apenas tres entregas, la serie ha sido cancelada.
En unos tiempos en los que la publicidad tradicional es cada vez menos efectiva y donde las plataformas de visionado de los programas de televisión se multiplican, los encargados de medir éxitos y fracasos, no pueden limitarse a unas audiencias planas como las ofrecidas en la emisión convencional del producto. Puede que para vender el espacio publicitario alrededor del cual se emite la serie sea adecuado, pero no lo es para esas otras posibilidades, como el product placement que tanto interés despiertan en los anunciantes y que llegan a nuestros hogares desde muchos más puntos de emisión.
En algunos sitios ya empiezan a darse cuenta, como en el caso del canal de música TMF, que elabora su parrilla televisiva en función de los datos de descargas de bit-torrent, asegurandose así que los vídeos musicales que emite son los más demandados del momento y no la clásica lista de éxitos pagada por las grandes discográficas. Con un panorama así, hasta los más desfavorecidos por estas grandes marcas pueden encontrar un sitio en prime time si consiguen captar primero a la gran audiencia de la red.
Estoy muy sorprendida por la reacción, pero era de esperarse, la serie dejaba mucho que decir. Las actuaciones son pésimas.