Existe entre muchas personas esa sensación de que la televisión es el hermano pobre del cine, que al lado de las grandes superproducciones del celuloide hollywoodiense, nada tiene parangón y que, los que solo vemos tele y apenas vamos al cine, debemos ser mirados por encima del hombro como si fueramos unos deshechos culturales.
Cierto es que no debemos abandonarnos ni limitarnos a la pequeña pantalla, que las grandes obras de la televisión y sus grandes maestros beben de lo aprendido en míticas películas y que deberíamos ver tanto una cosa como la otra. Pero, eso no quita para que, si uno solo ve series porque no tiene tiempo, ganas o incluso dinero para ir al cine con frecuencia, sea menos que aquel que va al cine mucho y nunca ha visto un episodio de Friends, Perdidos o MASH .
Sin embargo, hay mucha gente que no está expuesta al mundo de la televisión como lo está al del cine. Los actores, los directores, los creadores, sus nombres y caras pasan desapercibidos en múltiples ocasiones, bien sea por pura falta de interés o por un exceso de consumo al estilo «fast food», que hace que nos traguemos lo que nos ponen por la televisión sin darle mayor importancia, para pasar el rato y sin dedicarle la precisa atención, como haríamos con una película por la que hemos paghado una costosa entrada y a la que asistimos en silencio y a oscuras.
Pero toda esa industria televisiva existe y se mueve vertiginosamene, toda esa industria es tanto o más importante que la del cine, en perpetua crisis y a veces uno se siente parte de esa familia de actores, creadores, directores, televisión al fin y al cabo que dejas entrar cada día en tu casa y que, sin la ostentación del cine, se llega a convertir en algo tuyo y de lo que te sientes parte.
Toda esta reflexión viene a cuento de un sentimiento que se ha despertado en mí este mediodía viendo el informativo y la noticia de la presentación en Salamanca de la nueva película de Forest Whitaker, Sigourney Weaver, William Hurt y Eduardo Noriega: En el punto de mira. En medio de tanta estrella mediática aparece un chico alto y delgado que me suena, se llama Matthew Fox y nadie parece darle mucha importancia, aunque su presencia en medio de tanta estrellona hace presagiar que tendrá una prometedora carrera cinematográfica. Ante este panorama yo solo podía pensar: «es Jack, es Jack, pero si entra en mi salón todos los días desde hace cuatro años… yo lo ví primero».
Buenisimo todo el post, y sobre todo el final con lo de Jack de Perdidos. ¿Es de Perdidos no? La verdad es que con esa serie no me he enganchado, pero bueno, he seguido unas cuantas otras más.