Poco se está hablando del caso Toñi Moreno desde que se supo que había fichado por Telecinco apenas dos semanas después de estrenarse en Antena 3 con El árbol de tu vida. Quizá sea por las fechas vacacionales, porque las parrillas están recomponiéndose de cara al tramo final de temporada o simplemente porque la presentadora aún no tiene status de gran estrella, el caso es que no he visto muchos comentarios al respecto de un movimiento que es, como mínimo, morboso.
Es, de hecho y si no recuerdo mal, la primera vez que en 12 años de blog escribo dos entradas consecutivas sobre el mismo personaje, en dos cadenas diferentes y tan rivales. Vale que llevaba días sin escribir, pero en este caso eso no sirve como excusa.
Toñi Moreno está en su absoluto derecho a fichar por quién quiera cuando quiera, faltaría más y a nadie nos puede sorprender que lo haga cuando seguro que le han puesto un buen dinerito en la mesa y, mejor aún, cuando le han ofrecido un programa en directo en una franja que ya viene entrenada para consumir magazines. Sustituir a una María Teresa Campos en declive es también un caramelito nada despreciable. Es más, para evitar estas cuestiones están los contratos de exclusividad que, según parece, Toñi no tenía por lo que, en este sentido, todo es impecable.
El problema, si es que lo queremos llamar así, viene cuando hace apenas dos semanas que se había convertido en cara visible del prime time de Antena 3, con un formato que aspiraba a competir en primera línea y que, pese a las críticas recibidas por su parecido con otros formatos similares, parecía tener cierto hueco. Sorprende así que en apenas quince días se pase de estrenar formato propio en una cadena a fichar por su máximo rival. ¿Legítimo? Por supuesto. ¿Feo? Pues igual un poco.
El caso es que no conocemos los detalles concretos del fichaje, como tampoco sabemos cuanto tiempo llevaba El árbol de tu vida en un cajón o la presentadora negociando con Telecinco. Del mismo modo, tampoco sabemos si Toñi fue a Antena 3 antes de irse para consultar las opciones de mejora o si, por el contrario, ha fichado con Vasile sin encomendarse a nadie más que a si misma. Es hasta posible que hayan coincidido en el tiempo la negociación para presentar el magazine de los fines de semana de unos con la negociación para la venta del formato de entrevistas con los otros, una situación a dos bandas por la que todo trabajador ha pasado alguna vez, en la que te agarras a la primera oferta que tienes porque el futuro es muy incierto y donde la siempre simpática ley de Murphy ejerce de principal elemento de desequilibrio. Podría hasta haber ocurrido que en Telecinco supieran de antemano que iban a hacer la oferta a la presentadora, pero haya esperado sibilinamente a que esta estrenara su programa en Antena 3 y así, no solo conseguir el titular, sino desarmarle el prime time a la competencia. Una bofetada clara con la dulce e inocente mano de Toñi.
Está por ver ahora qué hará Antena 3 con el programa de los martes, toda vez que llevan emitidas apenas dos entregas, la segunda de ellas muy criticada por ser el programa piloto que se presentó en su momento y no solo mostrar a una Toñi con otro aspecto, sino un plató diferente y lleno de referencias al nombre original del proyecto. Tienen otras dos entregas ya grabadas, pero no está claro si terminarán viendo o no la luz. Por el momento, la emisión de esta semana ha sido cancelada, con la excusa de la semana santa. Habrá que ver qué ocurre en siete días.