En el mundo del audiovisual, como su propio nombre indica, nos movemos para producir o consumir imágenes y sonidos y, en principio, se supone que ambos son igual de importantes para construir un buen producto. Sin embargo, las cifras no desprenden iguales conclusiones y el dinero que los consumidores están dispuestos a invertir en receptores grandes, con prestaciones de alta definición, colores más brillantes y opciones PIP supera ampliamente al que invertirían por un juego de altavoces o un equipo de home cinema.
Esto es lo que afirma una entrada de Engadget con la que podemos estar de acuerdo o pensar, como es mi caso, que estamos simplemente viviendo una moda basada en lo visual, como hace unos años vivimos una moda basada en lo auditivo. En este momento se están haciendo avances tecnológicos que permiten poner al alcance del usuario medio aparatos de televisión con prestaciones de alta definición que antes eran impensables por su alto coste, además de que las cadenas ni se planteaban tener equipos de producción de estas características. Sin embargo, hace unos años, si se puso de moda el home cinema y todos nos lanzamos a las tiendas de electrónica a comprar el super equipo de sonido para nuestra televisión, con su subwoffer y su cinco altavoces (uno de los cuales ahora no se sostiene encima de la nueva tele plana).
No estoy de acuerdo con Engadget, creo que estamos ante una moda, fruto de la evolución de la tecnología y la bajada de precios de todo un sector, pero que acabará volviendo a recalar en el audio, y luego en el vídeo nuevamente, y dentro de unos años ¡quien sabe! hasta puede que tengamos televisores que deprendan los olores de las imágenes que vemos.
Y sin embargo, muchas de las series que no me gustan especialmente, vamos, q eme dan igual, las escucho desde un ala del salón donde no se ve la tele y puedo concentrarme en hacer puzzles, y aún así me entero de películas (a veces incluso mejor que viéndolas) y series, así que tanto gasto en ver las cosas bien y al fin y al cabo, el resultado puede ser lo mismo. Es más, tal y como se ve Antena 3 en mi casa, sería tirar el dinero para ver nieve.