Si la semana pasada ya me gustó la nueva ficción de Antena 3, Pulsaciones, tengo que decir que esta semana me ha gustado también, incluso más, la nueva de Telecinco, Sé quién eres. Dos ficciones con muchas más cosas en común de lo que podría parecer y que, afortunadamente, no han coincidido en la parrilla, lo que hubiera sido un despropósito, pero también un movimiento nada sorprendente en las estrategias de programación a las que nos tienen acostumbrados las dos principales cadenas en abierto.
La audiencia lograda por ambos estrenos ha sido muy similar y si hubiera manera de desgranar uno por uno los perfiles de los espectadores que han visto las series, apostaría a que en un porcentaje realmente elevado son casi los mismos y eso es lo que deberían aprovechar una y otra cadena para retroalimentar sus respectivas apuestas, en lugar de pelear por un mismo espacio en el prime time. Solo cuando entiendan que la complementariedad puede funcionarles mejor que la lucha permanente a cara de perro, podremos enfrentarnos a una parrilla reposada y sin sobresaltos, sin cambios permanentes y en la que se compita con personalidad y sentido común, ganando todos.
Sé quién eres es, como digo, una serie en la línea del thriller de personajes, una historia que esconde un secreto, o más, dónde la fuerza reside en los propios protagonistas más que en la intriga que les acompaña. En este caso, la desaparición de una joven y su posible asesinato, uno que apunta a un reputado abogado, que además es el tío de la desaparecida y que resulta estar amnésico como consecuencia de un evento que también desconocemos y que lo mismo puede ser un accidente, como un intento de asesinato. Pero ¿está el protagonista amnésico de verdad? Esa es realmente la principal intriga que nos acompaña a lo largo del primer episodio, tanto más cuanto más avanzan los minutos, aderezada con no pocas ramificaciones complementarias, como el tipo de relación matrimonial que tienen los protagonistas, su relación familiar con la hermana de ella y madre de la desaparecida, las infidelidades que flotan en el ambiente y esos «jueguecitos» que se traían tío y sobrina que desconocemos, pero que aluden a un reciente episodio de la crónica judicial española.
No es la única cosa que nos hace recordar que nos enfrentamos a una serie de ficción con muchos puntos en común con otras historias que vemos a diario en los informativos y que a menudo se desgranan como una historia de ficción. Casos como el de Marta del Castillo, de nuevo de actualidad, o más recientemente el de Diana Quer, nos recuerdan cada mañana que cosas como las que vemos en Sé quién eres no están tan lejos de la realidad y que hasta las más retorcidas líneas argumentales podrían darse en la vida real, como tristemente nos recuerdan los últimos autos judiciales del caso Nadia.
Oscura, fría, elegante, así podríamos catalogar la atmósfera en la que se desarrolla la serie, con casas y oficinas de lujo, con personajes bien vestidos y planchados, donde hasta el apartamento más modesto resulta apetecible. Todo ello perfectamente localizado en una Barcelona cosmopolita que no se esconde, que funciona en su tarea de prestar exteriores a la acción y también de permitir la referencia, que en este caso no da personalidad a la historia desde el punto de vista de dotarla de características propias de la región, pero sí de no temer esa ubicación clara tantas veces esquiva en las series españolas.
Y por último, no podemos dejar de mencionar las excelentes interpretaciones de algunos de los principales actores de la serie, principalmente la siempre imponente Blanca Portillo, pero aún mejor Frances Garrido, en su papel de desmemoriado. Aida Folch desprende una inquietante dulzura, Nancho Novo está irreconocible, Eva Santolaria sigue siendo una pura culebrilla y así, uno tras otro, los principales intérpretes de esta serie van aportando su propia personalidad, en mayor o menor medida, a un conjunto en el que, por el momento, todos funcionan bastante bien, dentro de las capacidades de cada uno.
Sé quién eres consta de 16 episodios que, en principio, se han anunciado como una sola temporada a emitir sin interrupciones. El buen resultado de su estreno apunta a que no debería ser necesario hacer cambio alguno, pero me cuesta creer que podamos pasar casi cuatro meses sin cambios en la parrilla del lunes. De ser así, estaríamos todos de enhorabuena y sería una señal de que el nivel de la serie no decae y que, como audiencia, somos lo suficientemente maduros como para seguir algo más que comedias y procedimentales. ¿Lo lograremos?
Pues a mi me ha parecido muy lenta y pesada. Le daré una segunda oportunidad, pero si no hay mas acción, la abandonaré definitivamente.