Hace unas semanas Mikel Labastida, del grupo Vocento, se ponía en contacto conmigo para pedirme que me uniera a un nutrido grupo de seriefilos en la búsqueda de las mejores series de lo que llevamos de siglo. Hacer una lista con lo mejor de cualquier cosa es siempre un ejercicio arriesgado, pues es muy difícil acertar con una selección que contente a la mayoría y muy fácil dejarse, sin querer, algunas menciones por el camino, pero por supuesto, decidí correr el riesgo y lanzarme a la recopilación de mis favoritas.
En este ejercicio de memoria una de las principales dudas que me hacían dudar de la inclusión de determinadas series o su posición en la tabla, era la necesidad de ser consciente del envejecer de las series o de cómo el devenir de los acontecimientos puede variar la percepción que tenemos de ellas y, en algunos casos, 16 años son muy pocos para saber si verdaderamente una historia aguanta bien el paso del tiempo.
Es el caso de la primera serie de mi lista, una The Good Wife que ocupa el primer lugar de la selección a día de hoy y con total convencimiento, pese a que soy muy consciente de que el principal valor de lo que Alicia Florrick representaba estaba en su capacidad para retratar una sociedad cambiante, para adelantarse a muchas de las cuestiones que luego hemos vivido en portadas de prensa y tribunales, cuestiones que con el paso del tiempo se interiorizan y dejan de ser llamativas pero que, en el tiempo en que se emitía la serie, se adelantaban a la actualidad de forma a veces sorprendente y planteaban conflictos morales que años más tarde nos pueden resultar incluso ridículos.
Ocurre también con Lost, otra de las series de mi lista y que ha terminado teniendo un cierto halo de fracaso por culpa de un final que no gustó a casi nadie. Una serie que en su momento fue todo un fenómeno, tanto por lo que contaba y cómo lo contaba, como por la comunidad que surgió a su alrededor, los constantes guiños que sus creadores enviaban a esta comunidad y la brutal conversación en redes sociales que se generaba con cada episodio. Lost es seguramente la serie que cambió para siempre la manera en que las cadenas no americanas emitían las temporadas de series USA, la que empujó para que estas fueran dobladas antes de su estreno en el país de origen, permitiendo que nos llegaran en un tiempo record, cambiando por completo los procesos y rebajando notablemente el interés por descargarlas de fuentes inciertas. Y eso va mucho más allá de la historia que nos contaba o de cómo sus creadores terminaran explicando lo que durante años fue el gran misterio televisivo.
Tanto The Good Wife como Lost son series que, vistas fuera de su contexto temporal, pueden no resultar tan buenas como nos parecieron en su estreno y me cuesta trabajo pensar si, a la hora de estructurar una lista de estas características, debemos o no tenerlo en cuenta. Parece lógico pensar que una serie, como un libro, es tanto mejor cuanto mayor es su capacidad para trascender el momento histórico en que nace pero, de ser así, muchas de ellas nunca lograrían pasar a una lista en la que año tras años, durante su emisión, ocupaban un lugar destacado.
En la mente de cada uno quedar saber establecer el valor de esta cualidad y decidir si es suficientemente importante como para que el paso del tiempo y sus efectos sobre la percepción del producto deban ser tenidos en cuenta. Yo, por el momento, prefiero pensar en el conjunto, aunque también es cierto que, como decía al principio, 16 años de siglo son aún muy pocos para juzgar algunas cosas.
Podéis ver el listado completo de series en este enlace y en el desplegable la selección de cada uno de los participantes. También el análisis de los resultados en esta pieza de El Correo.