Termino de ver los dos primeros episodios de Timeless, la serie de NBC que acaba de ser oficialmente acusada de ser un plagio de El ministerio del tiempo, y la verdad es que no puedo más que sorprenderme con las evidencias.
Según parece, con motivo de la presentación de la serie en un MIP, arrancaron una serie de conversaciones con los responsables de El ministerio del tiempo para producir la versión americana, conversaciones que no llegaron a buen término y que han derivado en la producción de Timeless sin acuerdo alguno con los creadores y dueños de la idea original. Que las cadenas norteamericanas hagan remakes de series extranjeras es algo muy habitual, lo hacen frecuentemente con las británicas y recientemente con otras series españolas como Los misterios de Laura (también de NBC) o Pulseras Rojas. Desconozco los motivos por los que no llegaron a un acuerdo, pero parece claro que a la NBC le dio lo mismo porque ellos iban a hacer la serie si o si y los parecidos entre una y otra son inicialmente escandalosos.
En Timeless un pequeño grupo de personas es reclutada por el gobierno para viajar al pasado e impedir que la historia se vea afectada por quienes, conociendo también la posibilidad de trasladarse en el tiempo, buscan reescribir determinado hechos históricos.
Los protagonistas son tres: dos hombres y una mujer que no se conocen de antes y cuyas circunstancias personales nada tienen que ver entre sí. Tendrán que aprender a trabajar en equipo y a salvar sus evidentes diferencias.
La mujer, Lucy, es la ilustrada de grupo, la responsable, la que tiene claro que la historia no se puede cambiar sin consecuencias y que están ahí para eso. Ellos, Wyatt y Ruffus, tendrán más problemas adaptándose a las circunstancias y asumiendo la importancia de no alterar el pasado para no afectar al futuro o su propio presente.
Uno de los hombres, Wyatt, ha perdido a su mujer y está aún seriamente afectado por ello. Aunque aún no sabemos en qué circunstancias ha muerto, parece más que posible que en algún momento quiera cambiar la historia para que esto no ocurra. Pese al constante recuerdo de su mujer, parece inevitable que exista cierta tensión sexual con Lucy.
Existe una misteriosa relación entre la protagonista y el líder de «los villanos» que quieren cambiar la historia.
Estas son solo algunas de las cuestiones que evidencian el parecido entre series, algunas de ellas importantes, otras que podrían haber sido modificadas para evitar el referente y que, sin embargo, se han trasladado de forma tan similar que no dejan de resultar sorprendentes y que hacen que sus diferencias, que las hay y son sustanciales, no sirvan como excusa para no reconocer que se trata de la misma historia.
A diferencia de las puertas de El ministerio del tiempo y sus intrincadas instalaciones, en Timeless se viaja desde un moderno laboratorio y dentro de una gran máquina con forma de globo ocular, una bola enorme que aparece en medio de un descampado y espera ahí a que la vuelvan a usar para volver al presente, sin que nadie la vea. Mucho menos discreto y más difícil escaparse de paseo por el pasado sin encomendarse a nadie.
En la versión española de la serie tenemos unos villanos comandados por una misma persona a la que tardamos en conocer y cuyos motivos nada tienen que ver con los de su homólogo americano. En este caso, se trata a conciencia de cambiar la historia, para unos, con la intención de destruir América, para otros, todo lo contrario, solo para hacerla mejor.
En este sentido, los planes para salvar a unos y matar a otros se suceden y los protagonistas deben enfrentarse a cuestiones más éticas que las que afectan al Ministerio del tiempo. No se trata de asegurar que el Guernica llega a España o que El Quijote se convierte en la gran obra de la literatura española, sino de asegurarse de que el Hindenburg se incendia con todos sus pasajeros a bordo o que el asesinato de Lincoln se completa. La dificultad para los protagonistas es mucho mayor y el hecho de que no puedan volver una y otra vez al punto de inicio cuando su plan no sale bien incrementa la tensión.
Esta es otra gran diferencia entre ambas series pues, si bien en El ministerio del tiempo todo termina bien y la historia se da por salvada, en Timeless ocurren cambios que, desde el primer episodio, afectan a toda la historia en mayor o menor medida.
Y, por supuesto, se echa de menos el fabuloso toque de humor e ironía de los diálogos de El ministerio del tiempo, un elemento que viralizó la serie, que la popularizó más allá de lo que solo sus tramas e interpretaciones hubieran podido hacer y que convertía cada episodio en una sucesión de frases brillantes, ácidas y muy muy divertidas, dentro de una serie cultural, de aventuras y con un toque de romanticismo. A Timeless le faltan todos esos matices y se convierte en una clásica serie norteamericana de misiones secretas y oscuros misterios.
Así, y pese a que no puede haber duda alguna de que esta serie está inspirada en la creación de los hermanos Olivares, los puntos que la diferencian podrían sumar el porcentaje suficiente de cambios como para que no nos encontremos ante un plagio legalmente hablando. Unas diferencias que son simples matices y un intencionado giro conspiranóico, tan típico de las series norteamericanas, que no avalan la excusa de una genuina casualidad, máxime cuando hay pruebas de que existieron las conversaciones para versionar el producto. Desconozco qué pueden argumentar los creadores de Timeless en su defensa, pero pero yo lo tengo claro, si no resulta ser un plagio, será una mera formalidad.
La serie me parece que empieza demasiado rápida, y el segundo capítulo mismo esquema, y a mí que me gusta este género me parece una serie de usar y tirar. Veremos si mejora, pero el principio no es una de esas grandes series que te hacen querer ver el siguiente capítulo.
Acostumbrado últimamente a la calidad de las series de Netflix/AMC/HBO que tienen un estilo muy de cine, esta tiene un look muy televisivo lo que le resta calidad.