Por una parte, no sorprende esta cancelación, pues los datos de audiencia que registraba eran particularmente malos, en una franja en la que su antecesor, la tira cómica Gym Tony, funcionaba adecuadamente. Sí sorprende, sin embargo, que en el momento político que vivimos y con la atención mediática que recibe todo lo relacionado con la política, un programa de estas características no haya logrado sobrevivir más de dos semanas, pues no encontrarán mejor predisposición en la audiencia que la que hoy tienen.
Precisamente esta ventaja del ecosistema, que debería haber supuesto un punto de apoyo en la consolidación de Toma Partido, podría sin embargo haber supuesto también un importante handicap, pues abundan los programas de análisis político, no tanto por la aparición de nuevos elementos, como por la extensión de la duración de algunos ya existentes y la focalización de los contenidos de otros en estas cuestiones, llegando a conformar una parrilla en cierto modo monotema, que puede llegar a saturar a la audiencia.
Así, lo que en un principio podría parecer una ventaja, se ha convertido quizá en el principal problema a superar por parte del programa. No es el único, ni posiblemente el más grave, está claro, pues ya hemos comentado que el formato elegido para esta irrupción de la política en el access no parecía el más adecuado, pues se alejaba del clásico debate sobre las ideas y estrategias de los partidos, para centrarse en un toma y daca de analistas, poco natural y más propio de otro tipo de programas, ya pasados de moda.
En cualquier caso, insisto en que la situación política es terreno abonado para sacar adelante un programa como este, especialmente si tenemos en cuenta que el canal funciona relativamente bien con su Mañanas de Cuatro abordando estas mismas cuestiones, que no existe nada parecido a esa misma hora y que el tema del nuevo gobierno va para rato.
En dos semanas es muy difícil que la audiencia se entere y acostumbre a que existe esta nueva oferta y los defectos que casi todo el mundo parece identificar de igual modo pueden ser limados, subsanados, eliminados directamente. Cuatro tiene además una audiencia modesta que le permite jugar y arriesgar y es una pena que hayan optado por la cancelación fulminante en lugar de intentarlo primero haciendo cambios y esperando a que calen en los espectadores potenciales. Corren malos tiempos para la paciencia televisiva.