Está la cosa tan parada y aburrida en el panorama televisivo nacional, que llevo tres días sin saber de qué escribir, pues las únicas cosas que parecen remover a la audiencia son la salida de Pantoja de la cárcel, la emisión de una segunda edición semanal de Sálvame Deluxe en la noche de los sábados o los horrores de la realización y estructura general de un Pasaporte a la isla que parece no servir siquiera para mantener un mínimo de audiencia interesada.
Con este panorama, estoy aprovechando para maratonear alguna serie que tenía pendiente y alguna otra que se emite ahora en USA, algo que acostumbro a hacer cada verano y que debo precisamente a esa escasa oferta en la televisión tradicional, que me permite dedicarle tiempo a series como estas:
American Crime: un asesinato de un joven blanco, supuestamente a manos de un criminal negro muestra una serie de conflictos raciales entre personas de toda clase y condición en un pequeño pueblo de California. La historia da la vuelta a los tradicionales problemas relacionados con el color de piel de las personas para mostrarnos lo absurdo de algunos de ellas y cómo hay mucho más racismo en el día a día de los americanos del que vemos habitualmente en la foto, a menudo, por parte de quienes menos imaginamos. Una historia de personajes intensa y profunda en la que destacan unos fabulosos Timothy Hutton y Felicity Huffman.
Mr.Robot: un inadaptado pero brillante informático se enfrenta al más importante reto de su vida, uno que puede acabar con el Sistema, en mayúsculas, y resetear la sociedad de la forma más simple. Apenas he visto los primeros cuatro episodios, lentos y muy densos, pero la premisa de partida me resulta fascinante.
Sense 8: Solo he visto los dos primeros y aún me pregunto cómo, pues el arranque de esta serie no invita en absoluto a darle una oportunidad. Todo muy onírico, muy estilo videoclip, pero nada concreto, nada que relacione unas historias con otras con cierto hilo que merezca la pena seguir. Y sin embargo, cuando te animas a ver el siguiente, empiezan a aparecer historias reales, con cierto sentido, con argumentos vivos más allá de lo que parece una sentada a porros de sus creadores. A ver qué tal evoluciona.
The Americans (Temporada 3): la más interesante hasta el momento, principalmente por ser la que más atención presta a la historia de la familia, sus miedos y preocupaciones. La hija mayor de esta pareja de espías es ya una adolescente suspicaz y la extraña vida de entradas y salidas nocturnas que lleva su padre, no se corresponde con un agente de viajes y ya no cuela. Si además resulta que la KGB quiere reclutarla para continuar con el trabajo de sus padres, la cosa se complica.
Suits (Temporada 5): si pasamos por alto la extraña manera en que esta serie divide sus temporadas, es una de mis imprescindibles del verano. Es una serie tremendamente sólida y, aunque pasa desapercibida ante el gran público, algo tendrá que lleva ya un lustro en emisión.
Rectify (Temporada 3): la serie introvertida, una colección de personajes incapaces de abrirse a los demás, temerosos, cautos, llenos de ira y de tristeza, de angustia. Ahora ya no me interesa tanto la historia de su protagonista como la de su hermana Amantha, la única en toda la familia que parecer querer salir del círculo claustrofóbico en el que parecen condenados a vivir.
Astronaut Wives Club: por el momento, la única con la que me he puesto y que he abandonado. Solo he visto el primer episodio y me ha parecido bastante insulsa. Los comentarios de quienes le han dado más tiempo que yo no son muy esperanzadores tampoco así que ahí se queda.
True Detective (Temporada 2): no es tan mala como la pintan, aunque es cierto que debemos dejar de verla en comparación con la primera, pues nada tienen que ver. Tras el tiroteo con el que acaba el cuarto episodio, la historia se reinicia de alguna manera y creo que cobra un mayor interés y se vuelve más sencilla. Yo aún no abandono.
Pendiente de encontrar hueco para empezar con ellas tengo la tercera de Masters of Sex, la primera de UnReal y la única de The Jinx. Veremos si me da tiempo a todo antes de que empiecen los estrenos de septiembre. Todo dependerá de cuanto salga el sol.