Una vez más Sonia Blanco me inspira una entrada a raíz de un comentario suyo en el que se plantea la idoneidad de emitir por televisión algunas de las imágenes más crudas de los recientes asesinatos de ISIS. Es este otra vez uno de esos casos en los que encuentras argumentos para apoyar ambas posturas, aunque creo también que los medios están siendo muy prudentes en este sentido, trazando una línea roja muy clara que ninguno está cruzando, al menos ninguno que yo haya visto, la de no mostrar las imágenes del momento brutal del crimen, que según parece circulan por ahí entre gente con muy mal gusto y muy poca decencia.
Se plantea en este caso una duda que no es nueva, una que ya se debatía hace años en España con la emisión de las imágenes de los atentados de ETA y sus vídeos reivindicativos, considerados por algunos información necesaria, por otros pura propaganda. Y lo peor, o quizá lo mejor, del debate es que ambas posturas están cargadas de buenos argumentos.
Ya comenté este asunto cuando los atentados del Charlie Hebdo, momento en que saltó a la palestra esta misma polémica, en relación con las imágenes en las que un terrorista remataba a uno de los asesinados en plena calle. En ese caso tuve menos dudas, aunque las tenía, creo que era importante como documento informativo y creo que no solo no dañaba la sensibilidad del espectador por lo poco explícito de las imágenes, sino que era información en sí mismo, no un vídeo distribuido por los terroristas con sus propias reglas.
Distinto es cuando hablamos de otro tipo de contenidos, de esos vídeo que se distribuyen con imágenes de decapitaciones, con imágenes guionizadas y editadas como si de una película se tratara, pero con muertes reales, con asesinados reales, como la snuff movie más terrible. La pregunta esencial en este asunto es para mí muy clara ¿somos capaces como sociedad de entender hasta que punto es un horror lo que está ocurriendo sin necesidad de que nos pongan las imágenes? ¿Es el periodismo capaz de explicar lo que está pasando solo con palabras? ¿O debemos acatar esa máxima que afirma la importancia de la imagen frente a la palabra? ¿Cómo describir la crueldad con la que se mueven estos terroristas sin mostrar la manera en la que acaban con la vida de otros solo por el placer de hacerlo, cuanto más bestialmente mejor? Yo no veo la posibilidad de que alcancemos a entenderlo del todo sin ver algunas cosas y creo firmemente que, pese a lo duro que es ver a un inocente a punto de ser asesinado, pese a la invasión de su intimidad que eso puede suponer y al dolor extra que supone para sus familiares y seres queridos, no veo la manera de impactar al espectador sin al menos mostrar algo de esa naturalidad con la que se quita la vida a los demás de forma macabra y hasta sádica, en nombre no sabemos muy bien de qué.
Argumentos que me creo cuando los escribo, cuando los pienso, cuando los comparto y que al mismo tiempo hacen que me asalte una duda terriblemente importante ¿hasta qué punto la elección de elegir emitir las imágenes es también una forma de manipulación de la sociedad y la opinión pública?. Durante años ha habido guerras, asesinatos en nombre de un bien mayor, en nombre de la defensa de unos ideales y un pueblo, asesinatos con imágenes que no se nos han mostrado por considerarse innecesarias, por considerarse que ni el espectador necesita ver ciertas cosas para entenderlas, ni las víctimas merecen este final en el que se les arrebata el último atisbo de dignidad que les pueda quedar. Y sin embargo, cuando el enemigo es otro, bien distinto, uno que no juega con las mismas reglas que nosotros, dejamos de lado todas esas justificaciones y mostramos sin escrúpulos imágenes crueles que de otro modo no nos plantearíamos emitir.
Entiendo la necesidad de que cambien las reglas de la comunicación cuando cambian las reglas de la guerra, si es que podemos definirlo como tal, pero también entiendo que se trata de una forma más de manipulación de la opinión, de gestión de la información en favor de un «bando». Comparto la necesidad de emitir ciertas cosas, pero eso no hace que esté ciega frente al uso, a menudo interesado, de un cambio de actitud.
Queria Susana, sí que parecemos blogueras siamesas con tanta retroalimentación mutua 😉
No obstante recordar que la BBC informó del «Charlie Hebdo» sin mostrar el tiro en la cabeza, y que tampoco me habría quejado si nuestros informativos lo hubieran puesto UNA VEZ en vez de una y otra vez en bucle.
Como siempre, un placer debatir contigo 🙂
Un abrazo,