Nada como empezar la mañana con una buena discusión tuitera para despertar la inspiración a la hora de escribir una entrada para el blog. Y es que a menudo es difícil explicar en 140 caracteres lo que uno opina de un asunto concreto, más especialmente cuando se trata de rebatir la opinión de otras personas que también está limitada a esos 140 caracteres, por mucho que tanto unos como otros los utilicemos de forma repetida. Pero voy al grano.
Empezaba la conversación con un tuit de Juanma Fernández a propósito de la idoneidad de escribir sobre series que aún no se han estrenado en España y el daño que esto puede hacer a los estrenos de esas series en nuestro país. Más concretamente, hacía referencia a las críticas episodio a episodio que se publican en algunos medios o blogs personales, que no esperan a que el producto se haya estrenado aquí. A la idea de que esto puede hacer daño a las cadenas, se suma Javier Suarez, que siempre ha sido muy beligerante con este asunto, convencido de que los críticos deben siempre plegarse a los tiempos de las cadenas españolas para hacer sus críticas, más aún si se trata de estrenos cinematográficos.
Y yo, en la banda contraria, incapaz de encontrar algo negativo en estas prácticas y defensora a ultranza de que hacen más bien que mal. Me explico: cuando un crítico de televisión o un simple aficionado se descarga una serie que aún no se ha estrenado en España y se pone a escribir sobre ella, preso de la emoción que le ha provocado, está alimentando un interés en todos los que no la han visto. Este interés, este run-run que generan varias personas hablando de una misma serie aún sin estrenar, hace que una vez anunciada su compra o su estreno en el canal que corresponda, haya ya muchos espectadores pendientes de ella, mucha gente que recuerda haber leído una buena crítica y tiene interés en darle una oportunidad. Hacer crítica de series y películas que aún no se han estrenado es esencial en el mundo del marketing y la comunicación del entretenimiento, tan esencial que durante décadas los críticos han tenido acceso a estos productos antes de su estreno, precisamente para que le dieran a la tecla y crearan interés en sus lectores. La diferencia ahora es que las grandes corporaciones ya no gobiernan los tiempos.
¿De qué manera puede hacer daño a las cadenas que haya decenas (no más) de personas hablando bien o mal de una serie antes de su estreno? ¡Pero si les estamos haciendo la campaña de comunicación sin que tengan que invertir un solo euro de más!. Incluso cuando se habla mal de las series, ya sabéis que lo importante es que se hable y como críticos o simples aficionados, les allanamos el terreno. Sinceramente, no veo por dónde puede ser perjudicial. Aún voy más allá: si fuera un problema que se hable de una serie antes de su estreno, nunca jamás las cadenas en abierto comprarían productos que ya se han estrenado en canales de pago, pues ahí se incrementa exponencialmente el ruido que generan las series y no veo yo que mueran por ello.
Es más, si uno ve una serie cuando y cómo sea, insisto, tanto si uno es un crítico independiente como si se limita a ser un sencillo espectador, lo lógico es que escriba sobre ello cuando tiene fresca la experiencia, cuando acaba de verla y los sentimientos están a flor de piel. ¿Por qué ha de esperar a que esa serie se estrene en España? ¿Por qué ha de estar pendiente de quién la compra o cuando la programa? ¿Es que acaso nos debemos a las cadenas de alguna manera? Pongámonos en un caso extremo ¿y si acaba de mudarse a USA y ahora lo ve todo en rigurosa primicia?
Yo personalmente, soy tan independiente y libre para escribir sobre lo que veo y cuando yo decido hacerlo, como ellos de incluirme en su lista de invitados a saraos o pases de prensa y ahí es donde está el valor real de nuestra relación, en que ambos somos libres y no nos debemos a intereses cruzados.
Distinto puede ser si se trata de un medio de comunicación más convencional, donde quizá no tenga sentido hablar de forma reiterada de series que no están en emisión, pero simplemente por el hecho de que no son relevantes en ese momento y alguien con afán de responder a la actualidad televisiva sí debería, por su propio interés, estar más pendiente de los distintos estrenos que de sus gustos personales, más por responder a sus lectores que por hacerlo frente a unas cadenas que, como bien nos recuerda también Juanma, no son hermanitas de la caridad y juegan su juego como mejor les conviene. Que unos y otros se lleven bien es bueno para ambos y ambos deben saber encontrar el término medio que, sin comprometer su relación, les de la independencia que necesitan. El mundo es cada vez más global y algunas de estas discusiones dejarán de tener sentido mucho antes de lo que imaginamos.
Si ya es difícil para los que escribimos de series estar pendientes de los spoilers, de no afectar al producto destripando las tramas (esto sí me parece una norma de respeto elemental, tanto para los espectadores como para las cadenas que aún no han emitido), no quiero ni pensar si encima tuviéramos que sabernos las parrillas de todas las cadenas de memoria para decidir cuando escribimos sobre las cosas en un dudoso acto de servicio.
Como digo, creo que todos los que comentan sobre series, independientemente del momento en que lo hagan, lejos de suponer una piedra en el camino de las cadenas, ayudan a engrasar las ruedas del carro y hacer más agradable y fácil el viaje. Pero estoy abierta a que alguna cadena me argumente lo contrario.
Juanma, Javier y el resto de personas que han contribuido a la conversación, un placer haber debatido con vosotros y gracias por la inspiración.
Imagen: Su Neko (Flickr)