Un mes he tardado en sacar tiempo y ganas para ver el primer episodio de Madam Secretary, una nueva serie de CBS protagonizada por Tea Leoni en el papel de la nueva secretaria de estado norteamericana, un cargo recién adquirido que quizá le venga algo grande.

Leoni es una antigua analista de la CIA ahora dedicada a impartir clase en la Universidad de Virginia y cuidar de su marido e hijos en una preciosa casa en las afueras, una casa de techos altos, cocina más grande que muchos de los apartamentos en los que hemos vivido cualquiera de nosotros y un inmenso terreno en el que hay cabida para unas cuadras y unos caballos. La perfecta vida de ricos americanos y ella, la perfecta ama de casa con un trabajo tranquilo.

Nada más lejos de la realidad. Tras esa apariencia de mujer tranquila y sobrepasada por su nueva labor en la Casa Blanca, la nueva secretaria de estado tiene las ideas muy claras: ella vale y sabe lo que tiene que hacer para sacar adelante su tarea, aunque eso suponga aparentar lo que no es para distraer la atención de los medios, coquetear con el innecesario boato de las cenas de confraternización y hasta saltarse las reglas y la cadena de mando si lo ve necesario. Todo ello sin torcer el gesto y utilizando las armas de quién, escondida tras la apariencia de una simple ama de casa, ha sido agente de la CIA, mantiene sus mejores contactos y tiene hijos adolescentes y alumnos universitarios. Todo un botín de saber hacer.

Acompañándola en la tarea encontramos algunos personajes conocidos como Tim Daly en el papel de su marido, Keith Carradine en el del Presidente y el inquietante Zeljko Ivanek como jefe de gabinete. Secundarios con mucho atractivo que acompañarán a Leoni en esta historia con dos patas bien definidas: de un lado, el día a día de su trabajo y las complicaciones de representar al gobierno al máximo nivel cuando no has hecho una carrera en política, de otra, el misterio que previsiblemente nos acompañará a lo largo de toda la temporada sobre el accidente en vuelo del anterior Secretario de Defensa.

Por supuesto, en una serie que trata temas tan delicados como la política exterior norteanericana, no podía faltar algo de moralina y en este primer episodio es la referencia a la libertad de expresión. Estoy segura de que no será la única. Por el momento, me la quedo.