Comenzó como una sección del programa La mañana de La1 y, para muchos, como una copia de Hable con ellas, la a su vez adaptación del programa americano The View. Un grupo de mujeres comentando la actualidad desde su particular punto de vista, el de féminas de distintas edades y trayectorias vitales a quienes, solo por el hecho de ser famosas o conocidas, se les presupone una opinión de interés para la audiencia.
La premisa del programa puede suscitar muchas críticas, desde el mismo hecho de poner solo a mujeres a charlar de sus cosas, hasta la propia banalidad de sus comentarios, que no hacen sino aportar carnaza a quienes pueden pensar que se trata de un programa machista escondido detrás de varias caras de mujer. El problema no sería tal si sus protagonistas no fueran tan superficiales y ñoñas, algo que no es fruto de su condición de mujer, sino del mero hecho de formar parte de un programa, o sección en este caso, en el se limitan a pasar el rato charloteando como haríamos o hacemos cualquiera de nosotros en algunas de nuestras reuniones con padres del colegio de nuestros hijos, compañeros del gimnasio o incluso cenas de trabajo (no, esas no, que siempre tienen buenos cotilleos y críticas a los jefes ;-), conversaciones banales al fin y al cabo que, grabadas y emitidas por televisión, no tendrían el más mínimo interés.
Es por esto que al final todas las noticias que surgen en torno a Amigas y conocidas terminan siendo polémicas absurdas más propias de un infantil jiji jaja, lo que ha hecho que sin embargo el programa se haya convertido en lo suficientemente relevante (en un verano insoportable televisivamente hablando) como para adquirir entidad propia y convertirse en formato independiente a partir del próximo lunes, fecha en la que regresa Mariló Montero a La mañana.
Y aquí es donde radica la más triste noticia sobre Amigas y conocidas, que no es el hecho de que se extienda en la parrilla o sus contenidos sean un bodrio, sino que nos roben la posibilidad de tener a Mariló como parte esencial del mismo.
Si alguien podía levantar el interés de la sección o dotarla de un significado completamente nuevo, esa era Mariló, con sus afirmaciones locas, con su ausencia de filtro a la hora de expresar sus opiniones y con sus ideas a menudo tan políticamente incorrectas. Y no estoy de broma. Si algo podía aportar Mariló a una tertulia basada en mostrar tu propia y muy personal opinión sobre las cosas como quién está en un bar, es naturalidad y sinceridad. Porque, nos guste o no ella como persona o como profesional, compartamos sus ideas o no, si hay algo cierto es que las tiene y no tiene miedo alguno a expresarlas.
Quizá este papel no sea el más adecuado para una televisión pública en la que algunas formas de expresión tienen complicada cabida, pero sin duda es lo más adecuado para un programa que quiere buscar distintos ángulos de una misma noticia. Así como está ahora, incluso evolucionando a programa propio, no deja de ser una anodina tertulia de personas con menos interés que cotillear lo que un grupito dice en la mesa de al lado de un bar… que les den un carajillo.