El pasado lunes Telecinco sorprendía a la audiencia de El Chiringuito de Pepe con la noticia de sus vacaciones de verano. Quedan tan solo tres episodios por emitir de esta primera temporada, pero ya encargada la segunda a la vista de las buenas audiencias, la cadena ha decidido reservarlos para la vuelta de las vacaciones estivales, aprovechando así el tirón de la serie para enganchar espectadores en el mes de septiembre.
Ya dije en su momento que la serie me parecía un producto bastante digno para los meses de verano, época de competencia baja y de exigencia menor por parte de los espectadores, pero mi crítica no hubiera sido igual de benevolente de ser este un estreno de temporada y creo que este movimiento de programación es muy arriesgado y puede no dar el resultado esperado.
No es solo que las tramas y dinámicas de El Chiringuito de Pepe sean flojas y muy previsibles, es que la ambientación veraniega, el sol, la playa, el propio chiringuito, no es lo que uno quiere ver cuando se le acaban de terminar las vacaciones y se presenta un largo invierno por delante. Puede parecer una tontería y un detalle a pasar por alto si la serie es buena, entretenida, divertida, es más, en España no somos muy dados a asociar las estaciones del año con las estaciones de las tramas que vemos en las series, como sí ocurre en la parrilla norteamericana, mucho más estructurada que la nuestra. Sin embargo, las películas de navidad nunca funcionarían en agosto y, por el mismo motivo, las de playa y vacaciones son difíciles de vender en octubre.
Pese a todos estas dificultades, no creo que en Telecinco hagan nada a la ligera y no me extrañaría que tuvieran previsto este movimiento desde hace tiempo y, ya de cara a una segunda temporada, hayan pedido que los guiones dejen a un lado el espíritu veraniego e incluso ahonden en las dificultades de sacar adelante un chiringuito de playa cuando la climatología y la agenda de los clientes no acompañan. Nos encontraríamos en ese caso con una serie más, ambientada en un lugar de playa donde también hay inviernos, como pudimos ver en Doctor Mateo y su localización en Lastres. El mar y el invierno pueden dar mucho de sí como elementos de tensión y creación de nuevas historias alrededor de sus personajes y sería una buena manera de sacar adelante la historia.
Un cambio de rumbo que puede favorecer a una serie que, sin embargo, seguirá siendo ligerita de base y algo débil ante la competencia feroz a la que podría enfrentarse en su regreso. Veremos cómo hace para salir airosa.
Al igual que a ti, me parece un movimiento arriesgado que no sé yo si les dará el resultado que ellos tienen en mente y esperan de este producto. Lo de las estaciones lo andaba yo pensando ayer por la noche (estaba viendo el cuarto episodio de ‘The leftovers’, que sucede en plena navidad de un gélido pueblo de Estados Unidos, y pensaba que es un detalle que paso por alto porque la serie es buena y me gusta, pero que seguramente pegaría más en noviembre.