Cuatro estrenaba ayer Todo va bien, una apuesta ligera y veraniega para el access de la cadena que pretende trasladar el conocido programa de radio Anda Ya a la televisión y que ayer, para ser el primer programa, no tuvo mal arranque. La audiencia fue flojita, apenas un 4,7% de share, pero el ritmo y la soltura con que se manejaron sus presentadores, poco habituados a la televisión en directo y las tareas de presentador de televisión en general, fue mucho mayor que la de otros muchos en sus estrenos televisivos, algunos incluso con muchas tablas a sus espaldas.
Edurne, hasta ahora poco más que una triunfita resultona, se ha reivindicado como artista polifacética en Tu cara me suena y se descubre, un par de meses más tarde, como simpática conductora de programa en este Todo va bien, minipunto para quién pensó que sería una buena idea. Por su parte, Xavi Rodriguez cambia los micros por la pantalla, pero no puedo aventurar su grado de comodidad porque es la primera vez que le veo o escucho trabajar.
El contenido del programa sin embargo no es gran cosa y peca de desaprovechar a unos invitados famosos, que pueden ser el gancho de cada día y que se limitan a ser meros espectadores con caché. Al estilo El Hormiguero, referencia de la que seguro querrán huir pero que es inevitable, ayer tres conocidas caras del grupo, protagonistas de El Chiringuito de Pepe que se emitía a continuación en Telecinco, se pasaban por el programa, con bastante poca gracia y menor implicación. Quizá El Langui, Dafne Fernández y Jesús Bonilla no eran los famosos más adecuados para este estreno, que pedía más carisma, más gracia, aunque en su favor hemos de decir que no es fácil ser invitado en un programa nuevo como este. Se intuye que este tipo de profesionales serán habituales del programa, que se aprovechará para promocionar espacios de la cadena, películas del grupo y otros por el estilo.
A imagen del programa de radio que inspira este Todo va bien, pudimos ver también alguna broma de cámara oculta, ese formato de entretenimiento caduco que muchos programas se esfuerzan por revivir en los últimos tiempos, como consecuencia quizá de su gran éxito en radio y que en pequeñas dosis puede llegar a resultar entretenido, aunque no hay manera de olvidar que se trata de un chiste viejo. Como viejos y poco graciosos son algunos de los chascarrillos y gracietas que se utilizan a lo largo del programa, que deberán ir puliéndose si no quieren envejecer y ponerse rancios antes de tiempo.
Todo va bien es un mix entre El Hormiguero, Anda ya, unos toques de aquel Así nos va que presentaban Flo y Ana Simón, sazonado de cámara oculta y la frescura de un siempre agradecido y transparente directo. No es un gran programa, ni tampoco creo que pretenda ir más allá del mero entretenimiento ocasional, pero sí hemos de reconocerle que ha empezado con bastante más soltura de la esperada. Veremos si se consolida.
Ayer aguanté quince minutos de este tostón deshilachado donde no se reía nadie. No hay nada peor que creerse graciosillo. Los formatos de radio no pueden pasar a la tele simplemente poniendo una cámara delante. Tampoco me gusta El Hormiguero, pero al menos han intentado mostrar algo más que el careto de Pablo Motos.
Ni siquiera llegué a ver la cámara oculta y menos mal porque a estas alturas, con el programa de Patricia Conde ya extinguido (no sé si han cancelado ya pero era cuestión de tiempo) hace falta ser más cegato que un topo para seguir resucitando un muerto que lleva fosilizado desde hace décadas.
De todas formas estamos hablando de Cuatro-Mediaset, los mismos que protagonizaron «Lo Sabe/No Lo Sabe o cómo tirar al cajón del olvido una joya que brilla y funciona», así que no me sorprende tanta estulticia.