Por si no fuera suficiente con el revuelo que hay montado en términos políticos con la abdicación del rey y la proclamación del príncipe Felipe como nuevo monarca, los desencuentros han llegado también a la televisión, concretamente a la producción y emisión del acto institucional que, para sorpresa de todos, no será responsabilidad de la cadena pública, como corresponde a un evento de estas características.
La noticia es casi surrealista, pues independientemente de la calidad de la programación de la cadena en sus últimos tiempos, de la pérdida de credibilidad de sus informativos o de los agujeros económicos que tengan, TVE sigue siendo la cadena pública, responsable, por lógica elemental, de la señal de cualquier acto institucional que tenga lugar en territorio español y además tiene una experiencia y unos medios técnicos y humanos que difícilmente pueden encontrarse en otras cadenas o unos operadores que casi podríamos calificar de recién llegados. No hablamos de la oferta o de la cantidad de tiempo en el mercado, sino de la producción de un evento de estas características, que además se va a distribuir a todo el mundo.
Los motivos que han llevado a tomar esta decisión, según se desprende de la noticia publicada en El Confidencial Digital, responsabilidad del Congreso, son ciertamente extraños, por una parte por esa experiencia y medios que mencionaba en mi párrafo anterior, pero también por el hecho de trasladar a una empresa privada una responsabilidad de este calado. ¿Va a pagar el Estado dinero a Telefónica por la producción de la señal? Si lo hace, será un escándalo, cuando en TVE sería parte del trabajo habitual de sus empleados. ¿Va a distribuirse la señal de forma gratuita a todas las cadenas que así lo pidan? Sería lo lógico en un caso como este, esperemos que Telefónica no aspire a cobrar al resto de cadenas por recibir las imágenes, menos aún a TVE. ¿Va a emitirse en alta definición? Según parece Telefónica no dispone de los medios para hacerlo y tendría que alquilar equipos ¿de dónde va a salir el dinero? Quizá vayan a subcontratar a TVE que dispone de medios técnicos de última generación y pretendan sanear así la cuentas (¡ja!).
Cualquier dinero que se abone a Telefónica por esta retransmisión será un escándalo, agravado además por el hecho de no sacarlo a concurso público. Si no se desembolsa ningún dinero y con el coste que tiene una cosa así ¿a cambio de qué se encarga una empresa privada de hacerlo? ¿qué gana con ello?
No veo mucha indignación al respecto de este asunto pero me parece una decisión absolutamente desconcertante y muy sospechosa… ¿de qué? ni idea, y eso es aún peor.
Que la emitan en pago por visión…