Época de anuncios de renovaciones y cancelaciones en el mundo de la ficción norteamericana. Son muchas y no tendría sentido comentarlas aquí todas, así que voy a limitarme a mencionar algunas de las que sigo o  seguía y mi opinión sobre lo que les ha deparado el futuro.

CANCELADAS

Intelligence: una de las que no sigue, con toda la razón del mundo. La abandoné en el tercer episodio y eso que la presencia de Josh Holloway y Marg Helgenberg me parecían dos puntos a su favor, fan como era de Lost y CSI. Una pena que no hayan encontrado su sitio, pero realmente la serie no valía nada.

The Crazy Ones: Esta es otra de esas series que estaban bastante bien pero que, por alguna razón que no acierto a identificar, terminé dejando. Siempre he pensado que sería mucho más redonda en versión larga que en ‘sit-com’ y quizá ese haya sido uno de sus problemas.

How I met your father: La cancelada que más alegría me ha dado porque aún no sé en qué cabeza cabía hacer algo así. No tengo más que decir.

Believe: Este proyecto que venía avalado por Alfonso Cuarón no ha funcionado en absoluto y ha sido cancelado en su primera temporada. Tan poca repercusión ha tenido que ni se han leído penas con su desaparición y no es de extrañar: historias manidas, todo muy paranormal y muy visto. Un claro No.

Revolution: otra que ha sido cancelada y que me ha dado que pensar ¿Es que aún existía? Ni me acordaba de que había habido segunda temporada siquiera.

RENOVADAS

Once Upon a Time: Sorprendentemente para mí ha renovado por, al menos, una temporada más. La primera fue fabulosa y eso que era la más complicada, pues el planteamiento de integrar cuentos y personajes conocidos por todos desde niños e historias del mundo real era muy ambicioso. Salió bien, pero a partir de la segunda temporada empezó a dar vueltas sobre sí misma y la inclusión de nuevos héroes y villanos de cuento ya no resultaba tan fantástica. Pese a todo, tiene su troupe y ha logrado un año más.

Revenge: Otra que me ha terminado aburriendo por mucho modelazos que saquen las protagonistas. Pero es un culebrón y ya sabemos que eso tira mucho.

Nashville: Afortunadamente, es otro sí, pese a que sus audiencias no son deslumbrantes y los beneficios fiscales que la ciudad de Nashville proporcionaba por el evidente product-placement habían sido rebajados notablemente. Es, sin embargo, otro culebrón que fideliza bien y encaja con la personalidad de la cadena… y conmigo.

Hannibal: Si. Pese a que sus audiencias este año están siendo algo más bajas, ya se ha optado por darle una temporada más a esta producción que sigo sin entender como no esté en Showtime, HBO o alguna cadena mucho más minoritaria y exquisita. Sus escenas de desmembramientos, su preciosismo y su elegante brutalidad no parecen propias de una network y, sin embargo, ahí está. Yo encantada.

El Mentalista: Esta es una de las que parecía que no iban a sobrevivir y sus principales responsables ya habían tomado otros caminos. Pero es uno de esos procedimentales que funcionan casi solos y más de una cadena había mostrado su interés por repescarla si finalmente se caía de la lista de renovadas. No hará falta, tenemos Jane para al menos un año más.

Parenthood: Una de mis favoritas, pese a ser «as simple as apple pie». Con una buena rebaja a los sueldos de los protagonistas, se ha logrado llegar a un acuerdo para una temporada final de 13 episodios. Echaré de menos a los Braverman.