Si algo me ha quedado claro del cabreo de José Luis Moreno ayer en Hable con ellas es que el famoso productor no ve Sálvame, eso o no tiene claro que no es intocable. Porque está claro que si a la productora del programa de sobremesa menos corporativo de la televisión quiere levantar la audiencia de un programa llamando a Moreno, no va a ser para ponerle a conversar con Rockefeller, el pato, (perdón, el cuervo).
Ya me estoy imaginando a la dirección del programa frotándose las manos en el preciso instante en el que mencionan la palabra Moreno y Yolanda Ramos se acuerda de que le debe 25.000 pesetas de cuando intentaba hacerse un hueco en la tele, joven y confiada, colaborando como bailarina de relleno en una gala de Noche de Fiesta.
La cosa hubiera quedado saldada con la primera fase de la conversación, rematada con ese Moreno dispuesto a pagar lo que debe, no sin antes intentar escudarse en la ausencia de un contrato que certificara la presencia de Yolanda en su cuerpo de baile o incluso su responsabilidad como productor del formato. Pero no, todo el mundo sabe que estos trenes no pueden dejarse pasar y el pinganillo de Ramos debía estar «on fire» con Valdeperas pidiendo sangre, algo que tampoco parece que ella necesitara mucho, siendo como es la más incisiva de las colaboradoras y teniendo la oportunidad de afear la conducta al empresario. Todos los elementos estaban en posición y todos los engranajes funcionaron a la perfección, incluida la bisoñez del incauto Moreno.
Y que tenga mucho cuidado Beatriz Montañez que, con su facilidad para enfurruñarse y su mala cara permanente, apunta a siguiente candidata a protagonista del programa.
Hola Chica de la Tele
Con esto de la crisis, los cuervos nos parecen patos. Buen intento para mejorar la imagen de los banqueros juas juas.
Juraría que el pato de peluche se llama Nicol, pero esa es otra ventrílocua.
Un saludo.