Hay mucha ilusión puesta en el nuevo proyecto de ficción de Cuatro, Ciega a citas (no, no se me han traspapelado las palabras, es así el juego), una comedia en la que una joven soltera decide ponerse seria con la búsqueda de pareja¡ y además con fecha límite: la boda de su perfecta hermana, en una sencilla y genial excusa para mostrar nuevos personajes constantemente, recuperar los que se vea que funcionan bien y, por encima de todo, darle ritmo a la propuesta con las entradas y salidas de pretendientes. Es el enésimo intento del canal por relanzar la franja de sobremesa, que no ha levantado cabeza desde Fama, hace ya ni se sabe los años, un proyecto que demostró que había un público diferente dispuesto a ver televisión a esas horas, una televisión distinta.
El proyecto Ciega a Citas no se queda solo en serie de ficción, sino que incorpora un muy interesante proyecto transmedia, con la creación de un programa de radio real, Morning Glory, un consultorio sentimental, que de lunes a viernes a las 12:00 de la mañana se emitirá en la web de Cuatro, un programa que además está presente en la ficción y que completa un divertido círculo que podría dar mucho juego y que, estoy segura, dará no pocas ideas a los guionistas para episodios aún sin escribir.
Con esta nueva apuesta Cuatro podría finalmente encontrar ese sitio que no termina de definir, un lugar en el panorama audiovisual, una personalidad clara que, a base de dar tumbos y dejarse llevar por una nueva dirección, perdió hace ya mucho tiempo y no ha logrado recuperar. En su momento, la rivalidad entre La Sexta y Cuatro, de algún modo contendientes directos, radicaba en su diferenciación con los grandes canales, la búsqueda de un público nuevo y sobre todo, la apuesta por la ficción americana y un público más joven. Pero, con el tiempo, ambas perdieron esta identidad y derivaron hacia otras cosas: La Sexta se ha convertido definitivamente en la cadena de las noticias y el análisis de la actualidad política y social, mientras que Cuatro es una apuesta difusa, no se sabe muy bien por qué, en la que éxitos como ¿Quién quiere casarse con mi hijo? y sus derivados están dando una pista clara de hacia dónde deben conducir sus esfuerzos.
Con Ciega a Citas, parece que se busca una vez más ese público joven, fresco, divertido, el mismo que puede, si se asienta, ser objetivo también de Dreamland, la serie de eterna preproducción, a la que en nada le crecerán los primeros jóvenes que pudieran haber estado interesados y hasta sus propios actores, una serie que por el momento se queda en disco, pero que es, definitivamente, un producto para un público desatendido y con mucho interés.
Pero estos no son los únicos pasos que Cuatro está dando en pos de una nueva personalidad. La pasada semana se anunciaba que la nueva temporada de CSI, protagonizada por Ted Danson y absolutamente recomendable para quienes perdieron la ilusión con la fallida presencia de Laurence Fishburne, dejaría de emitirse escondida en FDF para hacerlo en el prime-time de Cuatro. La serie que tan buenos resultados dio a Telecinco durante años, fue maltratada en sus últimas temporadas, con injustificadas entradas y salidas de la parrilla, fruto de unos resultados insuficientes (que no malos), mientras tanto, en Cuatro y La Sexta triunfaban The Walking Dead, House o Anatomía de Grey, demostrando que había interés por las series norteamericanas que, de la noche a la mañana, dejaron de tener presencia o a emitirse en maratones que no favorecían el seguimiento, como el caso de la última temporada de Homeland, que no aguanta la emisión en lote como pueda hacerlo un CSI, emparejando un episodio de estreno con uno antiguo, como antes hacía la propia Telecinco.
¿Hay nueva estrategia en Cuatro? ¿Hay un plan definido? No lo sé, pero algunas de sus novedades, incluido ese Viajando con Chester que aguanta el tipo en audiencia frente a Salvados, pintan muy bien. Necesitamos que Cuatro funcione, que ofrezca cosas distintas, que arriesgue. Nos quejamos a menudo cuando las cadenas parecen ser una versión desmejorada de su propio yo hace un lustro pero, en el caso de Cuatro, nunca fue mejor. A punto de cumplir sus primeros diez años, tienen una oportunidad de oro de confirmarse como la cadena joven, la que alterna ficción nacional fresca y divertida con sólidas apuestas norteamericanas, la que divierte y entretiene con calidad, la que siempre fue. El cambio empieza el lunes a las 16:00.
Pero ¿es la franja adecuada para este tipo de producto?
A mi me hacía ilusión verlo tanto por la premisa como por los protagonistas, pero a la hora en que lo emiten me es imposible verlo porque estoy trabajando.