Vaya por delante que tengo una opinión muy clara sobre los derechos que una empresa tiene a hacer de su capa un sayo, cambiar las reglas o decidir una nuevas, siempre y cuando no se atente contra la intimidad de los usuarios o el libre uso que estos puedan hacer de sus contenidos personales. Quiero decir con esto que no me parecería bien que Facebook, por ejemplo, decidiera utilizar nuestras imágenes personales para venderlas al mejor postor o hacer un repositorio de contenidos, pero sí que YouTube decida qué tipo de vídeos se pueden subir a la plataforma por cuestiones de conciencia y cuales no. Por muy grandes que sean, por muy omnipresentes que estén, tienen derecho a tener sus propias reglas, y al que no le guste, que se vaya a otro sitio o que siga haciendo su vida sin subir vídeos a internet, que tampoco es obligatorio.

Dicho esto, creo que You Tube se queda en un camino gris sin mucho sentido, uno en el que pretende contentar a todos y seguramente termine por no agradar a ninguno. Porque entiendo yo que se puede ser antitaurino y considerar que la Fiesta es una burrada, que se tortura sin sentido a los animales y que debería estar erradicada. Es una forma de pensar muy extendida y perfectamente entendible y a mí personalmente no me escandalizaría nada que se prohibiera subir esta tipo de contenidos a You Tube, del mismo modo que se retiran los vídeos de maltratos a animales domésticos, las peleas de gallos, el toro embolado o cualquier otra práctica que, no por arraigada en determinadas sociedades, deja de tener un punto criminal.

En el otro extremo, entiendo que, no siendo una práctica criminal, como puedan serlo algunas de las cosas mencionadas, no debería haber ningún problema con subir imágenes a You Tube o cualquier otra plataforma de vídeo, del mismo modo que se hacen retransmisiones en directo de las corridas o programas especiales dedicados a la Fiesta. Es una práctica considerada bárbara por muchos, tanto dentro como fuera de nuestro país, pero no solo es legal, sino que se considera parte de nuestra cultura, tiene apoyo de las instituciones (algunas) y es un sector económico muy importante de nuestra sociedad, del que la corrida de toros propiamente dicha no es más que el último eslabón, y el más polémico.

Pese a todo, sigo creyendo que You Tube es libre de decidir si admite este tipo de imágenes en su plataforma o las censura. Lo malo es cuando se quedan a medio camino y optan por permitir todo tipo de imágenes de corridas de toros menos aquellas en las que se muestra sangre, la suerte de matar o la de banderillas, disimulando así lo que realmente consideran que puede herir la sensibilidad del espectador. Algo así como permitir que cualquiera suba porno, siempre y cuando recorte la parte más sexual de los vídeos, esa no.

El problema aquí es que hay países en los que se practican las corridas de toros sin muerte, lo que no sé si contenta a los antitaurinos o sigue pareciendo una tortura innecesaria, con un final algo menos trágico o brutal. De ser así, podrían tener cabida en las plataformas de vídeo, por considerar que estas sí son aceptadas y, dado el caso, sería difícil saber si las imágenes que se suben corresponden a una corrida en España, México, Francia o Portugaly la decisión intermedia sería eliminar directamente aquellas imagenes sangrientas y punto. Pues hombre, visto así, hasta puede tener sentido.

En cualquier caso, creo que avanzamos hacia una sociedad tan políticamente correcta que se vuelve ridícula, no por el hecho de que queramos algo mejor, sino por ocultar lo feo, que sigue estando ahí, para hacer parecer que no existe, a todas luces un error que nos impide estar preparados para enfrentarnos a ciertas cosas. Lo hemos visto también en algunas retransmisiones internacionales de fútbol, en las que cualquier tangana o agresión entre los jugadores se oculta al espectador, en teoría para fomentar el juego limpio y los aspectos deportivos de la competición, pero rozando el ridículo cuando la pelota no está en juego y la cámara pinchada apunta a un lugar en el que no ocurre nada mientras los comentaristas, o están silbando para disimular o, peor aún, comentado la jugada de la que no vemos imágenes.

Fuente: Vertele

Entrada originalmente publicada en Generación Young