La vuelta de Veronica Mars ha sido la noticia que más ha revolucionado la red y a los fans en los últimos meses, en un año francamente tranquilo en lo que a actualidad televisiva se refiere, sin grandes estrenos, regresos llamativos o proyectos brillantes. Después de que recaudara en menos de 24 horas los dos millones de dólares que pedían para poner en marcha una película que cerrara definitivamente todas las tramas que pudieran haber quedado en el aire en tres temporadas de investigaciones Mars, la suma sigue aumentando y es momento de pensar más allá de este proyecto concreto y analizar sus posibles consecuencias en el sector.
Un sector que está cambiando mucho pero en el que una cosa sigue siendo igual: quién tiene un fan, tiene un tesoro, aunque no siempre sean suficientes como para mantener algunos proyectos en antena. En este caso concreto, los seguidores de la serie de Rob Thomas han logrado sacar adelante la tan rumoreada película de la serie que convirtió a Kristen Bell en heroína de culto, pero cuidado, que no todo es tan sencillo y, sobre todo, que no lo es mismo hacer una película que mantener viva una serie.
Como dicen los protagonistas de Veronica Mars en el vídeo de kickstarter, la película está pensado producirla este verano, siempre que las agendas de sus principales protagonistas se lo permitan. Aunque el presupuesto sea pequeño, es evidente que sus principales actores están dispuestos a hacerlo, será un reencuentro divertido y, sin duda, ya forman parte de la historia, es una gran campaña promocional para muchos de ellos. No sería lo mismo rescatar una serie que las cadenas ya no quieren, una serie que cuesta mucho más dinero al cabo del año y para la que sus protagonistas no pueden ver reducido su caché por amor a los fans, al menos no demasiado, no lo suficiente como para empeñar casi todo el año trabajando en ello. Así que no echemos las campanas al vuelo pensando que no habrá serie de culto con la que puedan las cadenas porque los fans las recuperaremos todas. Y ojo con la tentación de hacer la llamada a la película de Friends, que os veo venir. Si la de Firefly ya avisa Joss Whedon que es imposible, imaginad esta. Muchas veces, el dinero no es el problema.
Es evidente, sin embargo, que podemos encontrarnos ante un cambio muy importante en el sistema de explotación de algunos productos audiovisuales, que hasta ahora se financiaban primero de forma ajena a su público, para luego recuperar o intentar recuperar esos gastos bien con las entradas de cine que se vendan, bien con la publicidad que genera la audiencia televisiva o las suscripciones a los canales de pago. ¿Y si lo hicieran al revés? ¿Y si en lugar de camisetas o frases en la película lo que te vendieran fuera directamente la entrada para ver una obra que aún no está hecha? ¿Qué taquilla podría hacerse con algunos actores y directores de renombre solo anunciando la intención de hacer una película?
Hasta el momento, solo algunas películas independientes se financiaban así pero ahora, con el éxito de un proyecto ya avalado por el conocimiento previo de la serie, son muchos los grandes nombres que pueden intentar subirse al carro y entonces surge un nuevo problema ¿debería Kickstarter estar limitado de algún modo a los proyectos independientes, a los que no tienen manera de financiarse por las vías tradicionales? Si le preguntan a alguno de estos productores seguramente estarían por la labor, pues temen ahora que la financiación derive hacia estos grandes proyectos en lugar de recaer en los suyos, convirtiendo la plataforma y sus peticiones en algo menos hippie y romántico.
La película de Veronica Mars, por el momento, es solo una anécdota más en la innumerable lista de disrupciones que internet ha generado en el sector del entretenimiento, una muy interesante, que da al traste además con la manía esa de que lo queremos todo gratis… pero esa es otra historia.