Ya tenemos elementos de comparación entre los dos programas de saltos de trampolín que las principales cadenas han tenido a bien compartir con sus espectadores en detrimento de la originalidad y la variedad televisiva. Si bien el formato que había comprado Telecinco, Stars in danger, era más completo que el de Antena 3, al incluir más cosas que los saltos de trampolín, al principio del programa optaban por centrarse únicamente en esta prueba, dando lugar a dos programas casi clónicos.
La principal diferencia de ¡Mira quién salta! frente a Splash es que, además de los saltos individuales, los concursantes saltan por parejas, sumando las puntuaciones obtenidas por su valía personal con las del duo y forzando así un poco a los más cobardicas por el bien de su compañero de salto. En ambos casos, las votaciones vienen de una mesa de jurados en las que Boris Izaguirre y Carlos Pumares dan el toque folclórico, mientras dos profesionales de la natación ponen su conocimiento y experiencia.
Es precisamente el toque más profesional el que diferencia este programa de Splash que, si bien cuenta con Ana Tarrés, no hace especial hincapié en la parte deportiva de las pruebas, convirtiéndose en una versión playera de Tu cara me suena donde el que salta bien, se esfuerza por demostrar su valía y el que no tiene dotes, no tiene inconveniente tampoco en hacer el ridículo y convertirse en la estrella de la noche. En ¡Mira quién salta! esto procura evitarse y se nota en la preparación de los concursantes, en los juicios de los profesionales, en la voz en off que comenta cada salto como si de una competición real se tratara y, sobre todo, en la calidad de lo demostrado por los saltadores que demostraron un gran nivel.
Una pena que, habiendo conseguido durante tres horas diferenciarse por la profesionalidad, al final echaran un gran borrón al puntuar sin criterio alguno dando 10 puntos a quién solo se dejó caer frente a quienes, luciendo palmito y perfecta sincronización, solo lograban un aprobado raspadito, lo que terminó por dejar fuera de la competición a una Tamara Gorro que lo hizo mucho mejor que Lidia Lozano, Dani o la pesada de Olvido Hormigos, que solo sabe hablar de su vídeo. Pero bueno, se trata de televisión y he llegado a plantearme que hasta haya estado forzado para crear polémica desde el primer programa.
Por lo que respecta al resto de elementos del programa, comentar que la piscina-plató es mucho más sobria que la de Splash, con un cierto aire antiguo que no luce demasiado. Sin embargo, los cuerpos de los concursantes son, en su mayoría, espectaculares, llamando especialmente la atención lo musculadas que están Beatriz Trapote y Sonia Ferrer, que te dan una patada y te funden. Cuidadito con meterse con ellas. Luego los hay menos lucidos como Fortu o Raquel Mosquera, que sorprendió a todos con un estupendo estilo tirándose de cabeza que seguro ha conquistado a más de uno, si todavía quedaba gente que no fuera fan desde aquella memorable carrera por el desierto en Expedición Imposible.
Poco más que destacar: como siempre, siendo Telecinco, no podían dejar de lado alguna polémica ajena al propio programa, como el rollito sentimental entre Escassi y Sonia Ferrer del que se viene hablando toda la semana o el supuesto vacío al que somenten a Mónica Pont, que ayer derramaba lágrimas de cocodrilo en el trampolín desatando la ira de Lidia Lozano, que esta tarde seguro dará buena cuenta de ella en Sálvame.
El programa terminó pasada la una de la madrugada, casi tres horas que se hicieron muy pesadas, sobre todo si tenemos en cuenta que, igual que comenté en su momento con Splash, el principal interés de la competición son unos saltos que apenas duran unos segundos y el resto es puro relleno. Al menos en este caso, se agradece que todos los concursantes se lancen al agua en el mismo programa y no que tengamos que verlos por grupos distintos cada semana. Pese a todo, se ve que la audiencia no tiene suficiente con los remojones del lunes, porque ayer también acompañaban a los concursantes de Telecinco, que lograban un estupendo 23,5% de share .
Con tanto famoso luciendo saltitos, ya imagino este verano como van a estar las piscinas de España. Pero cuidadito que, aparte de los evidentes moratones que hemos podido ver en todos estos esculturales cuerpos, la cosa puede ser peligrosa si no está debidamente controlada.
Yo vi Splash casi entero y de este de Telecinco sólo un trocito durante los intermedios y al final de Luna. Yo no vi que saltaran mucho mejor. Hombre, si los comparamos con Falete y Toñi Salazar sí, pero en Splash Miriam Díaz Aroca, Gervasio Defer o Daniela Blume lo hicieron muy bien y yo creo que también tenía su esfuerzo.