Cuenta hoy El Confidencial Digital que TVE está poniendo como condición, para la contratación de nuevos programas, que estos vengan de la mano de un patrocinador que se haga cargo de su coste o de una importante parte del mismo. Según comenta Vertele también, es lo que habría ocurrido con el concurso MasterChef, que pronto presentará Eva Gonzalez, o lo que habría apalabrado la productora del nuevo programa para promocionar la marca España que presentaría Juan Ramón Lucas. También es lo que nos traerá el festival de Eurovisión, o mejor dicho, lo que llevará a El sueño de Morfeo hasta allí, aunque este caso parece un compromiso obligado de la cadena pública, como hemos podido saber en otras ocasiones en que se ha cuestionado su emisión o su elevado coste.
En principio, la idea de que una productora, no solo ponga en marcha un buen proyecto, sino que además añada el patrocinio ya firmado a su garantía de viabilidad, no me parece mal, ni en el caso de una televisión pública, ni siendo una privada. Creo que es una buena manera de entrar en antena, que garantiza la viabilidad de una primera temporada o cierto número de entregas y que ayuda a muchos buenos proyectos a seguir adelante, proyectos que en ocasiones se quedan por el camino o ni siquiera arrancan por falta de interés de quienes tienen que «salir a venderlos». Nadie como sus creadores puede llegar a los anunciantes mejor que ellos, nadie puede explicar mejor las bondades de un formato y ninguna relación puede hacer encajar mejor al patrocinador con el producto que la relación directa entre las marcas y los productores de los programas. Desde todos los puntos de vista que se me ocurren, un buen sistema.
Dicho esto, creo que nos encontramos con un importante problema que no aparece aquí destacado, como es el hecho de que TVE no puede tener publicidad de ningún tipo, ni siquiera en forma de simple patrocinio (otro gallo nos cantaría si así fuera y no tendríamos que estar viendo la enésima repetición de Los misterios de Laura, ahora en la sobremesa, o películas de archivo con tantos pases que los protagonistas ya nos saludan por el nombre). Ajustándonos a la normativa que retiró la publicidad de TVE, tan solo se admiten los patrocinios en retransmisiones deportivas y eventos culturales, aquí encajaría el Festival de Eurovisión por eso de que la música es cultura independientemente de su calidad o chanchullos político-festivos derivados, lo haría también un programa destinado a promover la marca España como era el ya mencionado de Juan Ramón Lucas y hemos de suponer que MasterChef se acogerá al concepto cultural de la gastronomía, pero me sorprende verlo en la lista.
Así las cosas, no parece que programas de puro entretenimiento, magazines o series puedan ser patrocinables pero ¿acaso no es cultura Isabel? ¿no lo sería cualquier serie ambientada en un determinado momento histórico o una obra literaria? No sé qué grado de flexibilidad tiene la norma. Asumo que no demasiado porque si no ya se habrían puesto en marcha otro tipo de iniciativas, pero igual es que nadie le ha dado una pensada profunda al asunto para extraer todas las posibilidades… que miren bien, que igual podemos sacar más cosas de las que parece.
Me parece una obviedad pero, evidentemente, no solo por el hecho de tener un patrocinador, los programas deben salir adelante. Es necesario un mínimo de calidad, de sentido de común, de idoneidad para la cadena y, lo más importante, de independencia.