¿Cuántas veces te has metido en internet y has terminado chateando con alguien a quién no conoces? Seguramente más de una, es algo típico en nuestros tiempos, una posibilidad tan sencilla como divertida y que, utilizada con cabeza, no tiene mayor peligro e incluso puede aportarte información de calidad en determinadas situaciones
El problema de chatear online es el problema general de internet (y de los medios y hasta de la vida real), que no todo lo que ves o lees debes asumirlo como cierto y que las medidas de cautela deben extremarse cuando empiezas a contar cosas personales y a abrirte completamente a alguien convertido, sin conocerlo en absoluto, en la persona más importante de tu vida. Tan fácil conocerse la teoría como comprobar cuanta gente es incapaz de ponerla en práctica y termina por hacer planes de matrimonio con personas a las que jamás ha visto más allá de una fotografía en la que, por supuesto, están cachas y pintones. Y aquí es donde entra en acción el programa de MTV Catfish, basado en un interesante documental del mismo nombre, rodado por una persona que sufrió personalmente el desengaño de comprobar como aquella chica que tanto le gustaba nada tenía que ver con la realidad.
En Catfish se siguen las historias de personas que han conocido a alguien por internet y que, tras un tiempo, sienten la necesidad de encontrarse cara a cara, de vivir de verdad ese amor o esa amistad intensa que han forjado. Personas que no saben cómo hacerlo o temen el resultado final y que prefieren la compañía de un desconocido que ha pasado por el mismo trance que hacer las indagaciones correspondientes. Estas personas, al menos en los dos episodios que se han podido ver en MTV, están tan entregadas a esos hombres con los que mantienen una ciber-relación de casi un año que nada de lo que puedan escuchar o ver les resulta extraño, en una actitud de negación total que resulta francamente enfermiza.
En los tiempos de internet como medio de comunciación prioritario, no resulta extraño que los jóvenes establezcan relaciones profundas con personas a las que no han visto jamás, pero sí resulta extraño que no se pasen el tiempo conectados al videochat con la misma naturalidad con la que construyen esta relación. Si en un año solo has visto tres fotografías de una persona que afirma no poder conectarse a la webcam es que algo falla. ¡Pero si el presentador del programa es lo primero que hace para ponerse en contacto con ellos!.
Otra insensatez ¿cuantos de vosotros tendríais una relación con alguien a quién no conocéis y no se os ocurriría buscar su nombre en Google? Yo desde luego no tendría duda y en este caso nos demuestran que es realmente útil, pues el programa apenas tarda dos clicks en encontrar un montón de mentiras en la historia que cuenta uno de los protagonistas. Tan facilón y evidente como poco utilizado. Pero claro, el sentido común no es una de las virtudes de estas chicas.
Tras las pesquisas, el programa concluye con el encuentro entre los protagonistas de la historia, encuentro que al menos ayer resulta ser una decepción, pues al otro lado de los tíos buenos de la foto se esconden una mujer con sobrepeso y un hombre sin trabajo y cuatro hijos de una relación anterior. La primera reacción es de rabia y tristeza, aunque me llama la atención que el programa consiga que estas dos personas terminen hablando y dándose explicaciones, algunos incluso terminan siendo amigos, como nos explican en el cierre de la historia tras un seguimiento de algunos meses. Lo más divertido de todo, que el programa se preocupa de encontrar a la persona real que está tras las fotografías con que se produce el engaño y se la presentan a la pobre chica engañada que, ahora sí, puede empezar una relación de verdad con aquel del que creyó estar enamorada durante meses.
Empaquetado como entretenimiento y reality, me parece que este tipo de programa es muy educativo y podría fácilmente haberse emitido en TVE, pues este tipo de cosas son más servicio público que algunos bodrios que nos venden como tal. Aunque para eso, habría que conseguir que la gente joven viera TVE.
No se yo, hasta que punto, con las videoconferencias, las redes sociales y otros ámbitos de la red donde te expones, son fehacientes estas premisas.
Dicho de otra forma… como pueden ir en serio, si no comparten el facebook 😀
Disculpen la opinión. Un saludo.