En la sociedad en qué vivimos parece que se han instalado, aparte de la corrupción y la desvergüenza, o precisamente como consecuencia de ello, algunas actitudes en la televisión y sus espectadores que, a base de repetirse, acabarán por cambiar la manera en que los espectadores nos enfrentamos a la información y el entretenimiento. Estos son solo algunos ejemplos de cosas que han ocurrido recientemente en televisión y que muestran comportamientos extraños o que, sacados de contexto o simplemente cambiados de canal, podrían significar cosas muy distintas.
Empezamos por una cuestión idiomática: desde hace años se nos ha reiterado desde numerosas instancias que los nombres oficiales de las ciudades y provincias españolas son los nombres en el idioma propio de la autonomía a la que correspondan. Tan es así, que hubo que cambiar todas las señalizaciones en carretera, con no poco gasto, para que La Coruña fuera A Coruña, Orense se convirtiera en Ourense, Gerona cambiara a Girona y así sucesivamente para cientos de poblaciones de la península. De igual modo, en los informativos parece que el libro de estilo de todas las cadenas adoptaba esta norma y no recuerdo ninguna que se lo saltara. Y digo que no recuerdo porque no es algo en lo que me haya fijado particularmente, pero sí debe haberse instalado de tal manera que ahora el uso de la nomenclatura castellana me suene extraño y así, escuchar este domingo Gerona y Playa de Aro en un informativo me resultara llamativo. ¡Estos retrógrados de TVE! Pensarán algunos y, sin embargo, la cuestión no tuvo lugar en TVE sino en Telecinco, algo todavía más chocante y que me lleva a pensar la que se habría montado en redes sociales y hasta en el parlamento de haber ocurrido en la cadena pública. No entro a juzgarlo, solo pretendo llamar la atención sobre la cuestión y las posibles implicaciones que habría tenido lo mismo en otro canal.
Sí se ha líado sin embargo en TVE con los recortes a Herederos, la serie originalmente producida para el prime time y que ahora, en redifusión a media tarde, ha eliminado escenas subidas de tono o violentas, con lenguaje inapropiado y situaciones no permitidas en el horario de superprotección infantil. Dejando a un lado las dudas que pueden surgir sobre la legitimidad de recortar una obra audiovisual sin el permiso de sus creadores, las acusaciones de homofobia no se han hecho esperar, al desaparecer un beso entre dos hombres. Al día siguiente de las primeras protestas se explicaba en algunos medios que no era el beso el que se estaba censurando sino la situación violenta que la escena retrataba, pero eso no ha impedido que UGT denuncie a la cadena en el tribunal de derechos humanos por censura homófoba. Una polémica que se habría evitado fácilmente si no se hicieran cosas como emitir por la tarde productos creados para la noche.
Lo malo de todas estas cuestiones es que van generando malestar social, van creando una sensación desagradable de que todo está mal, de que nada se hace sin segundas intenciones y una necesidad de denunciar y atacarlo todo que degenera en rabia y mucha demagogia. Y en ese punto empieza a estar el programa Salvados, que empezó muy bien, con grandes interrogantes, con entrevistas incisivas a personas que están de actualidad permanentemente pero a las que nunca se hacen las preguntas adecuadas, a plantear cuestiones que dejan respuestas sin necesidad de que el interlocutor abra la boca y que ahora, tras recibir los aplausos y el reconocimiento de espectadores y críticos empieza a moverse en la delgada línea que separa la denuncia social de la demagogia.
Porque un programa como Salvados, destinado a sacar los colores a políticos y empresarios que no hacen su trabajo como deben, no debería mostrar únicamente una parte de la historia, aunque sea esa el centro de la polémica, haciendo parecer que es toda la verdad. Los finlandeses, muy buenos en educación sí, pero ¿por qué no contamos que en España hay modelos educativos que siguen esa misma filosofía avalados por el propio gobierno de Finlandia? ¿Por qué no contar que hay instituciones españolas que salen recurrentemente en el Top europeo de los centros educativos de postgrado? La sanidad, fatal, con los recortes aún peor pero ¿por qué hablar de un copago sanitario por ir al médico como si fuera un hecho cuando, por el momento, eso no se ha dado? A mí esta parte de la entrevista a Rafael Bengoa (asesor de Obama para su reforma sanitaria) me pareció muy tramposa, pues partía de unas bases que, a día de hoy, no son reales, pues no existe el copago por ir al médico como se podría desprender de la conversación. Se re-pagan algunas cosas que antes no tenían coste adicional, pero no la atención médica.
Segmento 5 del programa
Jordi Évole: ¿Los recortes y el copago sanitario van a ayudar a hacer más sostenible el sistema?
Rafael Bengoa: No, es la propia Merkel que dice «No ha funcionado el copago en Alemania, lo corto»
Jordi Évole: ¿En Alemania han quitado el copago?
Rafael Bengoa: En el mismo momento en que nosotros lo hemos metido
Jordi Évole: Pero ¿esto cómo se entiende si estamos ahora mismo copiando toda su política? ¿cómo no copiamos esto?
Rafael Bengoa: Da la sensación de que si tú le metes un copago la gente va a venir menos (…)
Es fundamental que este tipo de programas sean muy rigurosos, pues es la única manera de que conserven su credibilidad y no se conviertan en un arma arrojadiza contra el gobierno (del color que sea) basada en medias verdades que alejarán a sus simpatizantes de la verdadera problemática social.
En este sentido, y ya para terminar el speech, voy a la expresión de moda en televisión: «Mi verdad» ¿Qué es eso de mi verdad?. Uno piensa que la veracidad de las cosas se establece en función de una serie de parámetros que la hacen real, verídica, comprobable. Sin embargo, metidos en polémicas, discusiones y juicios, son numerosos los acusados o protagonistas de la historia que hablan de su verdad, es decir, la que ellos cuentan, la que les conviene, la que se adapta a su discurso, incluso la que ellos se creen, sin necesidad de que esta se ajuste a la realidad. Empecé a escuchar la expresión de boca de algunos famosetes en programas de puro entretenimiento tipo Sálvame, pero lo peor es que ha ido evolucionando y ya son los poíticos acusados de corrupción o prácticas dudosas los que la utilizan y eso ya son palabras mayores. Lo peor del asunto, que una va a la RAE buscando apoyo a sus argumentos y se encuentra con que la definición de verdad es cualquier cosa menos contundente. A saber:
verdad.
1. f. Conformidad de las cosas con el concepto que de ellas forma la mente.
2. f. Conformidad de lo que se dice con lo que se siente o se piensa.
3. f. Propiedad que tiene una cosa de mantenerse siempre la misma sin mutación alguna.
4. f. Juicio o proposición que no se puede negar racionalmente.
5. f. Cualidad de veraz. Hombre de verdad
6. f. Expresión clara, sin rebozo ni lisonja, con que a alguien se le corrige o reprende. U. m. en pl. Cayetano le dijo dos verdades
7. f. realidad (‖ existencia real de algo).
No es la única acepción que encaja en la utilización marullera del término, pero ya la primera echa por tierra el concepto de verdad con que al menos yo me he criado y es que basta con que la mente de uno así lo crea para que se pueda decir de las cosas que son verdad ¡Apañados vamos!
Me gustaría hacer un par de apreciaciones.
En primer lugar, sobre el nombre de las ciudades en catalán, gallego o euskera, tu no recordarás cuando se utiliza Gerona en vez de Girona, pero yo que soy de una ciudad que se llama Lleida te puedo asegurar que tanto en TVE, Antena 3, Telecinco, la Sexta, etc, estoy harto de escuchar Lérida y nadie se rasga las vestiduras, porqué llega un momento en que ya se da por imposible, igual que no saber donde está la sílaba tónica en el nombre del president de la generalitat de Catalunya Artur Mas, por no hablar de que no he escuchado nunca el apellido de Pasqual Maragall bien dicho en ningún canal estatal mientras que todos saben decir el del Minisitro de Asuntos Exteriores José Manuel García-Margallo ¿tanto cuesta pronunciar una LL?
Respecto a Salvados, siempre he visto las 2 versiones en el mismo programa, bueno, siempre que ha habido intención de las 2 partes de explicarse y por lo visto, actualmente no hay muchas ganas por parte del ministro de educación, o en el caso de está semana pasada de la ministra de sanidad de dar explicación alguna, seguramente porqué tiene otros temas que solucionar antes de poder tirar confeti.
Que hay más tipos de enseñanza en España que el mayoritario, por supuesto, pero las líneas generales de la enseñanza en España son las que son, el abandono escolar también es el que es y las reformas educativas con cada gobierno que entra en la Moncloa también y a mi me llamarás exagerado, pero me preocupa la merma que esto puede suponer en la educación de mi hija.