Este fin de semana TVE por medio de Teledeporte, recuperaba uno de sus más míticos programas, Estudio Estadio. Según se cuenta, el éxito de otros programas de análisis futbolístico (por llamarlos de alguna manera) ha empujado el regreso de este formato de la mano de Juan Carlos Rivero.
Su primera emisión en esta nueva etapa tenía lugar el pasado sábado, con el repaso a los partidos de la jornada liguera. Nada novedoso, nada llamativo, ningún riesgo por parte de los responsables del programa, ni dentro ni fuera de plató. Apenas una mesa redonda en la que intercambiaban opiniones los colaboradores allí presentes, educadamente compartiendo turno de palabra y formalmente conducidos por el presentador. Junto a él, el personaje florero de Jennifer Jañez (clon de Carme Chacón) quién, con la excusa de seguir lo que se dice en las redes sociales, aporta el necesario toque femenino. Ojo que lo de personaje florero no es una crítica a la periodista, sino al papel que en un programa mayoritariamente de hombres, le ha tocado representar.
Si Estudio Estadio ha vuelto a la televisión para competir con otros programas de similares características, como Punto Pelota o Futboleros, pierde el tiempo. El éxito de estos dos programas de debate es su personalidad, una que difícilmente tendrá un programa de TVE, que siempre se muestran correctos, educados y muy poco polémicos. Si algo le gusta a los espectadores de Marca TV e Intereconomía cuando sintonizan estos programas en ese dulce momento de la medianoche en que todo está en silencio y el sueño empieza a apoderarse de nosotros, es precisamente la inyección de vidilla, la bronca inofensiva, la pelea verbal por unos colores. El mundo del fútbol está plagado de intereses ajenos al deporte, es un negocio en el que sus trabajadores salen a diario a la palestra a comentar las jugadas, a criticar al rival, a salirse del tiesto. Si cada día los presidentes y empleados de Pepsi y Coca-Cola salieran en rueda de prensa a contar como va su negocio y como afrontan las iniciativas de su competencia, sería igualmente divertido, pero eso solo pasa en el fútbol.
La diferencia entre Estudio Estadio y Punto Pelota es la misma que encontramos entre Corazón Corazón y Sálvame, alimentados ambos de los mismos ingredientes y, sin embargo, con resultados completamente opuestos y diferente capacidad de movilizar a la audiencia. En unos se comentan las noticias como espectadores ajenos a las mismas, en otros se añaden las filias y fobias personales de cada colaborador para crear aún mayor tensión, para hacer del programa deportivo un reality y para que la audiencia crezca y permanezca fiel siguiendo a unos y otros como quién sigue a su propio club de fútbol.
Esta manera de afrontar la información deportiva no es nada nuevo, está inventada ya desde tiempos de José María García, que se hizo famoso polemizando, enredando y enfrentando a los protagonistas y comentaristas de las noticias. Detrás de él, muchos otros han triunfado en las ondas con el mismo planteamiento y no ha sido hasta la llegada de la TDT cuando un canal de televisión ha explotado el formato con éxito. Curiosamente, han sido dos de los canales con menos audiencia los que han apostado por ello, con la dificultad que supone llegar al espectador desde un medio minoritario y aún así, se han hecho notar. Si han logrado esta repercusión en estos canales ¿qué no habrían podido hacer en Telecinco o en Antena 3? Está bien, no me paso, dejémoslo en Cuatro o La Sexta. Pero no, parece que nadie se ha animado, todavía, aunque ha habido insistentes rumores, especialmente con los problemas económicos que afectan a Intereconomía y que podrían haber hecho sencilla la contratación de Josep Pedrerol y con él, el resto de la cuadrilla.
Finalmente ha sido TVE quién ha dado el paso de «competir» en este campo, aunque muchos son los factores que desde mi punto de vista lastrarán el programa. De una parte, el horario, algo más temprano que el de sus competidores, concretamente a las 22:30, incompatible con seguir una de las apuestas fuertes del prime-time y luego sumarse, como sí ocurre con los otros dos programas. De otra parte, la personalidad, ya comentada e imposible de adaptar cuando se trata de un canal público con audiencia modosita y poco dada al griterío.
Recuperar Estudio Estadio era una buena idea, como también lo sería aquel El día después en Canal + (me recuerdan que este sigue en antena desde 2009 pero, si no me equivoco, dista mucho de ser aquel programa moderno y con grandes análisis técnicos que un día fue-que alguien me corrija si me equivoco, que hace tiempo que no lo veo) o incluso el Fútbol es Fútbol de la malograda Telemadrid. Hacerlo a diario, pese a que las jornadas futbolísticas se extienden en el tiempo y se van superponiendo, haciendo que haya partidos prácticamente todos los días de la semana sin excepción, es demasiado si no tienes algo de espectáculo que ofrecer, si no haces entretenimiento más allá del mero comentario deportivo y la polémica de un penalty no pitado o un severo fuera de juego. Y este no parece ser el caso.
Canal+ recuperó El día después en 2009 y todavía siguen. Más o menos con la misma estructura del original de 1990 a 2005.