Dos de las principales características de las producciones que podemos ver en Canal Plus son, desde sus inicios, la primicia en la emisión y la calidad de los contenidos. Con estos dos sencillos ingredientes, la cadena se ha forjado un reconocido nombre en el panorama audiovisual europeo al que quizá faltaba un punto de originalidad, de riesgo, de capacidad de emprender proyectos propios. Desde hace un tiempo, no más de dos o tres años si no me equivoco, esta carencia intenta suplirse con ocasionales encargos de producción original que, anunciados y emitidos con cuentagotas, logran generar gran expectación entre el público de la cadena, ansioso por encontrar nuevas series y programas con los que nunca se atreverán cadenas en abierto dirigida a una mayoría heterogénea.
Así, nacieron atrevidos proyectos como ¿Qué fue de Jorge Sanz?, aclamadas series como Crematorio o experimentos como Oído Caníbal, todas ellas producciones españolas, con actores mayoritariamente conocidos por el gran público y con distintas personalidades que, sin embargo, coincidían en una cosa: no resultaban extrañas ni ajenas, era muy fácil entrar en ellas como espectador. No es esto lo que ocurre con Falcón, la última producción original de Canal Plus que se estrenó anoche y que pierde, a manos de dos productoras extranjeras, toda la personalidad del producto español, que no logra respirar en las calles de Sevilla, ni en sus bares, ni tan siquiera entre los pases del capote de uno de los personajes que resulta ser un torero.
Ver Falcón es como estar viendo una serie alemana, de hecho lo es pero, perogrulladas aparte, para cualquiera que tenga unas pocas horas de televisión en su haber, el concepto serie alemana es bien fácil de reconocer y si no, recordad a Rex, el famoso perro policía (ACTUALIZO: me comentan que Rex es austriaca. Pues debe ser que las series austriacas se parecen mucho a las alemanas porque la personalidad en este caso es muy parecida). No es una cuestión de calidad, no se trata de que sea mejor o peor producción es, simplemente, alemana… y nosotros españoles. Lo americano nos va bien, lo inglés, también es distinto, pero funciona, pero lo alemán… espero que me perdone Ángela Merkel y no me mande unos señores de negro a vigilar lo que escribo, pero no, a mí personalmente no me va.
Falcón es una historia de policías, una investigación de un oscuro y brutal asesinato que irá abriendo otros misterios, todo ello por las calles de una bonita Sevilla, todo hay que decirlo, que además luce sobremanera en los numerosos exteriores que nos regala la producción, algo reservado a los grandes presupuestos y que, en este caso, no se escatima en absoluto. Tampoco lo hacen las escenas cargadas de simbolismo y cierta poesía, escenas que podemos fácilmente imaginar escritas en los libros originales que inspiran la serie. Ejercicios de arte visual, más que de entretenimiento televisivo, definitivamente no destinados a un público mayoritario, algo que sin embargo, no debería ser sinónimo de aburrimiento y debo decir que este primer episodio a mí me ha aburrido. El ritmo es lento, los silencios eternos, la recreación en lo anecdótico excesiva. La historia parece ser lo que pasa entre momentos de inspiración creativa que quizá tengan sentido en una obra dónde el Falcón artista es tan importante como el Falcón policía pero que no logran entrar de lleno ni en la historia, ni en la atención del espectador.
El día del estreno a medios, una de las principales críticas que se hizo a la serie fue la dificultad de abstraerse del doblaje, algo que a mí particularmente no me ha resultado incómodo, aunque sí el hecho de que ninguno de los actores fuera una cara conocida y, sin embargo, hablaran español con una naturalidad impropia de los guiones doblados. Más me costaba recordar que se trataba de una historia ambientada en Sevilla y con protagonistas españoles, pues cada vez que hablaban de Jiménez, Carlos, Consuelo, yo no podía evitar pensar en Gloria Pritchett o Gabrielle Solis y sus muchos familiares latinos. No es un problema, más allá de ser una prueba más de la dificultad para sintonizar con un contenido que debería ser, por encima de todo, cercano.
En los tiempos de crisis a los que se enfrentan las televisiones, afrontar un proyecto de estas características es costoso y complicado, de ahí que las coproducciones sean una excelente manera de sacarlo adelante. En este caso sin embargo, creo que los beneficios en materia presupuestaria no han dado el resultado que como espectadores esperábamos algunos, sobre todo después de los ejemplos anteriores que nos había regalado Canal Plus. En mi opinión, Falcón no está al mismo nivel.
Entrada publicada originalmente en Generación Young
Yo he pensado que igual no es una serie para españoles. Pensando que el Plus ya la daba la he visto bajada y en versión original con subtítulos del canal Sky algo… a nivel factura no tengo queja pero para mí es una serie Fría por lo distante y demasiado rígidos que he visto a los personajes. No sé he visto los 4 capítulos y me imaginaba a actores españoles y como que la cosa cambiaba. Puede ser que el fallo haya sido haberla rodado en english con actores no españoles?