Tras mucho promocionarlo, Antena 3 estrenaba por fin Fenómenos, la nueva comedia que, avalada por el nombre de Nacho García Velilla, pretende conquistar a la audiencia por medio del humor, en una franja en la que hasta hace poco funcionaba relativamente bien Érase una vez, una ficción que nada tiene que ver con esta y que habrá descolocado a muchos por el radical cambio de ambientación y público objetivo (a diferencia del muy razonable paso de Gran Hotel a Downton Abbey que disfrutaremos esta noche).
Yo ya sabía que Fenónemos no me iba a gustar, motivo por el cual la serie solo podía sorprenderme positivamente y, si bien es cierto que no es una comedia zafia como las últimas que están triunfando en televisión, algo que sin duda se agradece, queda muy lejos del humor reposado que ofrecía, por ejemplo, Siete Vidas. La tónica general de la crítica hoy era que las comedias evolucionan mucho desde su primera entrega hasta lo que logran ser una vez maduran y al menos en este caso vemos posibilidad de mejora.
De Fenómenos me han gustado sus constantes referencias a la actualidad de andar por casa, desde las reestructuraciones en las empresas, los EREs en los medios, a los personajes más habituales de la televisión como Belén Estéban, Aida Nizar o la emisión de Anatomía de Grey (por un instante llegué a pensar que la serie estaba originalmente planteada para su emisión en Mediaset, aunque luego llegarían ya las menciones a Susanna Griso o Matías Prats). Me ha gustado la idea de los cameos de gente conocida, tanto presentadores de televisión como deportistas, que hemos podido ver en alguna de sus promos y me ha gustado el intento por dotar de algo de oxígeno a las tramas con el rodaje en exteriores, que espero no sea una excepción de esta primera entrega.
Fenómenos tiene mimbres que podrían hacer que funcionara, de hecho ayer hizo un 20,7% de share, aunque el efecto novedad siempre arrastra espectadores que podrían no estar allí las semanas siguientes. Sin embargo, sus defectos son para mí, suficientemente graves como para hacer de la serie una opción que no contemplo en mi entretenimiento, el principal: los gritos. ¿Por qué las comedias en este país tienen que basarse todas en gente chillando, todos hablando unos por encima de los otros? Sí, el barullo puede ser muy gracioso en un determinado momento y los personajes con cierto grado de histerismo darnos momentos gloriosos, pero no todo el rato, no como genérico de la risa. Lo siento pero a mí así no me encontrarán frente a la pantalla.
Coincido contigo: los gritos me parecieron excesivos hasta el punto de resultar molestos. Me pareció, por lo general, una serie muy histriónica a la que se le ven demasiado los hilos. Hay series «de humor zafio» que me gustas porque no se les nota que están intentando hacer gracia. Pero a ‘Fenómenos’ se le nota demasiado. Y al igual que a ti, ya sabía que la serie no me iba a gustar, porque a mí el humor estilo slapstick no me gusta y esta serie se nutre de él. No está mal para pasar el rato si no tienes nada más que hacer y la pillas haciendo zapping.