Como ya hemos comentado aquí en otras ocasiones, hay series de television que son estupendas para ver como programación de relleno. Con esto no quiero decir que sean series menores, por supuesto que no, sino al hecho de que puedas verlas una y otra vez, de forma desordenada, incluso saltando entre temporadas y sigan resultando entretenidas. Frescas cada vez.
Estas series, fundamentalmente procedimentales, enganchan al espectador ocasional gracias a la historia central que, en cada episodio, nos permite seguir una trama de apenas 50 minutos aunque no conozcamos a los protagonistas y sus relaciones personales. Si los conocemos porque somos ademas seguidores habituales de esa serie, nos enseña guiños y circunstancias que en su momento seguramente no tuvimos en cuenta y que, sin embargo, revisitados, cobran un sentdo completamente diferente, cosas que igual en un primer visionado ni siquiera estuvieron allí, al menos para nuestros ojos. Una experiencia absolutamente deliciosa y muy gratificante.
Con los documentales pasa algo parecido, especialmente con el estilo de documentales que se han puesto de moda en estos últimos tiempos, los que además de contarte una historia episódica, están protagonizados por personajes que se involucran en el formato, contandote parte de sus vidas ( reales o no), haciendo de sus aventuras para la cámara parte de su historia vital y de su vida, parte de una historia televisada. Enlazan experiencias de unos reportajes con otros de manera que, al verlos todos, somos capaces de entender más allá de lo que se nos esta contando, reconocer filias y fobias de los conductores del programa, recordar heridas sufridas en otras entregas o saber qué cuestiones les tocan el corazón por vivencias ajenas al programa que, en algún momento, han decidido compartir con nosotros.
En cierto modo, procedimentales y documentales tienen mucho en común hoy en día, unas capas de información superpuesta y relacionada que captan a los espectadores de manera distinta en cada momento y diferente según el tipo de espectador o el número de veces que hayan visto el programa.
Vaya, me has hecho plantearme la diferencia entre un documental sobre un tema y las series documentales centradas en un personaje. No me había dado cuenta lo que han crecido estas últimas. Y no tengo muy claro dónde acaba lo documental y dónde empieza la ficción; el ya viejo debate sobre Bear Grills.
Saludos.