A vueltas con el comentario de hace unos días sobre la TDT y cómo Internet se había comido por completo las funcionalidades de interactividad que prometían para la nueva tecnología televisiva, llego a este artículo sobre como Breaking Bad aprovecha la segunda pantalla para proporcionar al espectador una experiencia doblemente atractiva, aunque quizá algo excesiva desde mi punto de vista.
Describe GigaOm en la entrada el desarrollo del último episodio de la exitosa serie de AMC (Ojo con los spoilers al pinchar el enlace) y cómo a través de la conexión en tiempo real a la experiencia online, los aficionados a la serie pueden compartir opiniones por medio de rápidas encuestas sobre la trama, recordar eventos de episodios o temporadas pasadas que son referenciados en la emisión o tener detalles concretos de productos químicos que aparecen en la historia cuyos efectos son cruciales para entender las intenciones de los protagonistas.
La experiencia es, sin ninguna duda, un elemento enriquecedor del visionado, aunque tiene un par de inconvenientes a tener en cuenta: de una parte, la dificultad de seguir la serie con la atención que requiere, especialmente en el caso de Breaking Bad, que no es precisamente una serie ligera; de otro, lo efímero de la experiencia, que solo puede ser disfrutada en el momento de la emisión en directo, algo que los espectadores modernos cada vez hacemos menos. Por otra parte, precisamente para quienes buscan que el modelo de televisión tradicional persista, es una excelente manera de mantener al espectador atrapado en el momento preciso de la emisión, aportando un aliciente para acudir a la cita con otros tantos millones de espectadores.
Por último, un detalle que parece muy evidente desde el punto de vista del espectador pero que los responsables de este tipo de contenidos no parecen entender, como si ellos nunca hicieran uso de sus propios productos: la publicidad online. Con las ventajas que este modelo ofrece a ambas partes de la ecuación televisiva, es una pena que se siga planteando un modelo de interrupción y saturación. En el caso de esta experiencia con Breaking Bad, ofrecer publicidad en la web cuando la televisión está en una pausa publicitaria es invitar al espectador a que salga corriendo, cuando la simple llamada a un contenido online ya garantiza que la persona se quedará sentada frente al televisor sin hacer zapping, recibiendo el impacto de los anuncios allí emitidos. Toca limar el concepto.
¿Son estos contenidos online la solución a un consumo cada vez más fragmentado de un mismo producto televisivo? ¿Conseguirán estas experiencias que los fans de una serie se reúnan frente a la pantalla de portátil o smartphone al mismo tiempo y aumentar así las audiencias del directo? Podría ser.
Impresionada con este blog, cada día más.
Enhorabuena
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